Jesus respondió a los fariseos diciéndoles: “Vayan y aprendan lo que significa ‘Misericordia quiero, y no sacrificio‘” (Mateo 9:9-13).
Las palabras más duras de Jesús parecían estar dirigidas siempre a los líderes religiosos, no al “pecador común”. Aun así, el sentido final y la aplicación práctica de Sus palabras son para todos los hombres de todos los tiempos.
Cuando Jesús pronunció estas palabras en respuesta a los fariseos, “Vayan y aprendan lo que significa ‘Misericordia quiero, y no sacrificio‘”, en ese momento, ¿alguien habría podido comprender hasta qué extremos le llevaría Su misericordia?
Haríamos muy bien en seguir humildemente “yendo y aprendiendo” de Aquel que nos mostró sus grandes misericordias por medio de Su gran sacrificio.
Dios los bendiga, y ánimo,
Rick y Eunice