No por Obras

Para REFLEXIONES este mes, compartimos con ustedes una carta escrita por nuestro hermano Jorge Quintero de Tijuana, México.  El siguiente relato se trata de una vida siendo impactada.  Una mujer que estaba muriendo está encontrando vida, sentido, futuro y un destino eterno distinto por medio de su entendimiento del significado de la historia de Dios.

     En esta historia vemos de nuevo la importancia de edificar sobre cimientos firmes.  ¡ANIMO con esta breve REFLEXIÓN!

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Me quedé pensando en cuanto a Doña Tere.  Quién sabe por cuánto tiempo había asistido a diferentes iglesias esperando encontrar respuestas para su vida.  Aunque nunca logró entender las enseñanzas en las iglesias evangélicas tradicionales y el propósito de ellas, algunos de los textos bíblicos más repetidos se le quedaron grabados.  Aunque muriendo, débil y en cama, en casi cada historia bíblica que compartimos con ella exclama: “Mira, ¿ven?, que no es por obras, para que nadie se gloríe.”

     Hace no tanto tiempo Doña Tere estaba en otras circunstancias.  Pero un día cayó en cama y después de un procedimiento de exámenes médicos, le informaron que tenía cáncer.  Entonces la hemos estado visitando con más regularidad, ayudándola con sus medicamentos y otras necesidades. En medio de todo, nos dio la oportunidad de compartir con ella la historia bíblica.  Aceptamos la invitación y comenzamos desde el principio de la historia.

     Ha sido toda una aventura para Tere como también para nosotros.  Aunque ella no conoce la historia ni lo que viene en ella, sigue exclamando las palabras: “No por obras.”  En cada relato donde Tere observa que el hombre recibe la gracia de Dios, lo dice, con convicción, ¡“y casi proféticamente! Que el perdón de Dios no se logra con esfuerzos propios…No es por obras, para que nadie se gloríe.”

     Con Doña Tere comenzamos en el principio.  Explicamos sobre Lucifer y los ángeles caídos, la creación, Adán y Eva, y el pecado.  Repasamos con todo cuidado como vino la separación entre el hombre y Dios, y por consecuencia la corrupción sobre este mundo.  Vimos como Dios prometió enviar a un Libertador para reconciliar y restaurar al hombre con su Creador.

     Luego de la explicación de cómo Adán y Eva habían tenido la intención de “hacerse presentables” delante de Dios, pero que no era aceptable y cómo Dios vistió a Adán y Eva con pieles por medio de la muerte de un inocente, Tere se quedó muy pensativa. Nos quedó mirando un momento y luego exclamó:   “Con razón se dice que no es por obras.”

     Más adelante en el relato de Caín y Abel, cuando Dios miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, al parecer Tere estaba captando con más claridad algunos principios fundamentales.  Ella manifestaba que estaba entendiendo que el ser humano solo debería tener fe en Dios, pero fe a la manera de Dios, no a la manera de uno.  Tere reconoció que Caín estaba confiando en sus propias capacidades y obras mientras que Abel tuvo toda su fe y confianza en la promesa de que vendría el Libertador.  Al ver Tere la actitud de Caín, de nuevo levanto su voz y dijo: “No por obras para que nadie se gloríe.”

     Ya hemos pasado bastantes horas con Doña Tere.  Seguimos avanzando en la historia de Dios, y Tere sigue repitiendo estas mismas palabras.  Pero conforme vamos avanzando en la historia, aunque Tere no tiene idea todavía de lo que viene en cuanto a Jesucristo, de una cosa esta convencida — que la gracia, la misericordia y la salvación de Dios no es por obras.  Es increíble que una persona que todavía no haya nacido de nuevo tenga más claridad en cuanto a estos fundamentos del evangelio que muchos en nuestras iglesias que tienen mucho tiempo “en la fe.”

     A través de la historia, incluyendo en el relato de Noé, y más aún en la Pascua, Tere vuelve a lo mismo, y a veces no solo ha repetido las palabras, sino que a veces las ha gritado: “No por obras, no por obras humanas.”  En la historia de la Pascua Tere entendió que una vez más Dios había provisto un sustituto inocente para morir en lugar de la gente y fueron liberados no por obras de ellos sino por obra de Dios.

     Todas estas lecciones y otras muchas más en el relato cronológico están preparando a Doña Tere para que pueda entender en su totalidad el significado de la historia bíblica.  Poco a poco seguimos con ella hasta donde su enfermedad nos permita.  Su cuerpo está siendo consumido por el cáncer.  Mientras tanto, sus ojos están fijados en la historia de Dios y esta cautivada por su mensaje, un mensaje que está quedando cada día más claro para ella.

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Para cualquier interesado que desea profundizar más respecto las dinámicas relacionadas con la enseñanza cronológica de la Biblia, les invitamos a revisar el capítulo 6 del libro LAS LAGRIMAS EN EL CAMINO DE MILETO (Paginas 181-216).  En estas páginas hay numerosas pautas y perspectivas relacionadas con este método dinámico de la enseñanza bíblica. ¡Que Dios los bendiga!