Unos Zapatos de y una Pelota de Fútbol.

En las Reflexiones anteriores compartimos sobre el acuerdo al que llegaron dos Iglesias para unir esfuerzos con el fin de alcanzar a una de las Etnias que está en uno de los lugares más apartados de nuestro país Venezuela. Esperamos que lo que fue compartido sea de bendición y ánimo para el trabajo en equipo que todos desarrollan en los ministerios en los diferentes lugares donde están.

Escribir de esto que ha sucedido recientemente es inevitable, pues Dios en este último mes permitió que sucediera algo por lo cual habíamos estado orando. Ya desde hace mucho tiempo habíamos esperado que se pudiera hacer la Consultoría que permitiera evaluar cómo esta el nivel de Adquisición de Cultura e Idioma del Equipo Plantador de Iglesia, finalmente eso se logró hacer y todo lo que sucedió para que se llevará a cabo fue sorprendentemente fuera de lo que se había planeado pero a la manera de Dios fue mucho mejor.

Representantes de todas las Iglesias que somos parte del convenio nos reunimos en el lugar donde acordamos hacer la Consultoría, con todo preparado, comida, voluntarios para hacer las comidas, el consultor, los misioneros pero faltaban ellos, los Indígenas que ayudarían para saber cómo estaba el avance de los Misioneros en cuanto al idioma y la cultura, mucho antes de la fecha acordada se había hablado y asegurado por parte de los amigos de la etnia que estarían todos los días que fuera necesario para realizar el chequeo de Idioma y Cultura, ahora bien llegado el tiempo entonces estos amigos se ocuparon en una de las actividades que es parte de su realidad hoy, y es que está actividad les genera muchas ganancias económicas por lo tanto para ellos no tenía valor estar perdiendo tiempo según su perspectiva sentados sólo hablando y escuchando, ahora bien a pesar de no tenerlos para comenzar e ir varias veces a buscarlos y encontrar que querían irse al ver los zapatos y la pelota de fútbol algo cambio pero aún se tenía que convencer a alguien más para que definitivamente se quedarán a ayudarnos, tuvimos una reunión con ellos y todos los representantes de las Iglesias esperando la respuesta afirmativa del motorista de la Curiara (Lancha) quien parecía estar determinado a salir a su comunidad lo antes posible.

Finalmente después de hablar por unos minutos finalmente dijeron que si y que estarían dos jovencitos que al parecer no serían de mucha ayuda según la perspectiva de los misioneros, al día siguiente no todo estaba como se esperaba, pues estos jóvenes debieron llegar temprano y no llegaron, los Misioneros debieron ir a buscarlos y cuando regresaron los misioneros sin los jóvenes indígenas se sorprendieron tanto como todos los que estábamos allí expectantes, quien llegó fue el motorista, ese que tenía una cara de negatividad el día anterior, y estuvo casi todo el día colaborando por más de cinco horas y muy contento se fue después de haber recibido su par de zapatos para jugar fútbol dados como muestra de agradecimiento pero visto por él como pago, sin embargo el amigo motorista sólo alcanzó para evaluar a los misioneros hombres, aún faltaban las mujeres, entonces llegó alguien más que nos sorprendió Y fue el segundo capitán de la comunidad dispuesto a dar su ayuda para el chequeo de una sola de las mujeres, faltaba una misionera pero no había más ayudante pero Dios nos sorprendería aún más con quien vino a ayudar, está vez si fue un jovencito que todos creíamos que quizás no ayudaría mucho porque uno de los criterios para poder hacer la evaluación es que los ayudantes tengan un nivel aceptable de Bilingüismo lo cual con El Motorista y el Segundo Capitán se tenía por ser mayores y tener ese manejo del castellano, lo que no imaginábamos todos era que Dios había llevado a este joven por siete meses a un lugar fuera de su comunidad donde tuvo que aprender castellano y alcanzar ese nivel que se esperaba y fue tan útil que todos vimos como Dios cambio los planes y todo fue mucho mejor de lo planeado con estos tres amigos que apoyaron para la consultoría y fueron a su comunidad con zapatos y una pelota para jugar futbol, todos quedamos impresionados de cómo esos artículos deportivos sirvieron para poder realizar la Consultoría.

Agradecemos a Dios por todos los detalles en los que vimos su fidelidad, provisión y amor. Agradecemos por el aporte de cada uno de los que estuvieron involucrados en este proceso, por los buenos resultados de la Consultoría, por todos los Retos que tenemos por delante y por el gran privilegio de participar. Gracias por seguir orando por nosotros.

Alfredo y Audia Hernández.