LA MEDITACIÓN Y LA AUTOEVALUACIÓN

LA MEDITACIÓN Y LA AUTOEVALUACIÓN
Durante estos últimos meses hemos estado tratando de impulsar y animar a nuestros equipos a dedicar tiempo a realizar una evaluación personal y ministerial.  Es a través de la meditación y las evaluaciones que encontramos como mejorar, qué cosas corregir, donde realizar cambios y cómo realinear nuestros pasos.  
Recientemente encontré una breve REFLEXIÓN personal que había escrito para mí mismo sobre el tema hace unos 36 años.  Espero que hoy sea de bendición y edificación personal para tu vida. ——————————————————————————————————————————-
LA MEDITACIÓN Y LA AUTOEVALUACIÓN

La autoevaluación y la meditación nos obligan a tomar una pausa para medir nuestros valores y nuestras convicciones a la luz de principios y hechos.  Muchos de nosotros nos movemos en la vida a un paso bien acelerado.  De vez en cuando es necesario tomar un tiempo para meditar y evaluar las cosas, los propósitos, los esfuerzos, nuestra dirección, las cosas que requieran corrección y nuestra relación con nuestro Creador como también nuestra relación con los que nos rodean.
La meditación y la autoevaluación son llaves que nos pueden llevar a nuevos descubrimientos y crecimiento espiritual.  
Hebreos 10:24 es un texto, entre muchos, que nos exhorta a pensar en cómo deberíamos meditar.  En la DHH lo pone así: “Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien.”  En la RVR dice: Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.”
Seguramente nuestro hermano Pablo se pasaba horas pensando en la mejor manera de discipular a los nacidos-de-nuevo y a las iglesias para que llegaran a experimentar tanto la plena voluntad de Dios como Su plenitud.  
Es a través de la meditación y la autoevaluación que se descubren nuestros pecados, se re-alinea nuestra dirección, se enfocan mejor nuestras actividades y esfuerzos, y mucho más. Es a través de este proceso que llegamos a una comprensión más clara de la herencia indescriptible que tenemos en Cristo.
Que Dios los bendiga nuestros queridos y apreciados amigos,
Rick y Eunice