¡LAVADO PARA SIEMPRE!

Hace unos días, estábamos compartiendo con un grupo interesado en la dinámica de la enseñanza cronológica y el discipulado.  El grupo tuvo muy buenas preguntas, las cuales nos llevaron a revisar con los participantes algunos de los principios abordados en el libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto.  La parte que estábamos revisando era del capítulo 6, páginas 181-216, titulado –“Edificando Sobre Cimientos Firmes”. Les animamos a estudiar de nuevo esta porción.  Estos principios se relacionan con la siguiente historia.    

Pudimos compartir con el grupo sobre lo que Dios está haciendo entre uno de los grupos indígenas que ha sido enseñado de manera cronológica, y como sus palabras reflejan una nueva convicción en relación con sus pecados siendo LAVADOS PARA SIEMPRE.  ¡Dios los bendiga ricamente, y ÁNIMO!

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¡LAVADO PARA SIEMPRE!

Lo que comenzó como una invitación para que compartiéramos la historia de Dios con un pequeño grupo de indígenas en la selva centroamericana, se convirtió en algo mucho más allá de lo que podríamos haber imaginado.  El interés y la participación de la gente fue mucho mayor de lo esperado, mientras que el nivel de oposición, dificultades, desafíos y problemas fue sospechosamente mínimo. ¡Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, nuestras expectativas de problemas, obstáculos y dificultades no serían “decepcionadas”!

Por otra parte, las dificultades, la oposición y las pruebas también trajeron algunas bendiciones junto con los dolores de cabeza. Uno de los indígenas que sigue madurando en su nueva fe dijo recientemente: “… a pesar de todas las críticas, insultos y oposición de la gente política-religiosa, el grupo de los nacidos-de-nuevo está creciendo, y sigue creciendo, y yo agradezco a Dios por eso.”

La oposición de algunos líderes “religiosos-políticos” en la comunidad ha tratado de disuadir a los nuevos seguidores de Dios, pero su entusiasmo continúa. Hoy queremos compartir con ustedes lo que los nacidos-de-nuevo tribales tenían que decir en cuanto a su nueva vida en Jesús.

“Bueno, nosotros pensamos de esta manera. Es más importante entender la enseñanza de la Palabra de Dios, no sólo escucharla. Recibimos la historia de la Biblia de la manera correcta. Jesús estaba en la historia desde el principio, pero en la primera parte de la Biblia, Jesús estaba en las sombras. Dios nos estaba mostrando enseñanzas importantes para que pudiéramos entender claramente el significado de Su historia. Más adelante vimos que Jesús llegó como el Prometido que vino a quitar el pecado del mundo, a lavarlo por completo. Así que toda la historia, desde el principio, es realmente acerca de salvación.”

“Mi pensamiento es sobre la Pascua. El Inocente murió y la sangre cubrió sus vidas como una señal de su fe en Dios y en Su plan de salvación.  Eso es lo que pasó con Jesús a nuestro favor y entonces nosotros estamos confiando completamente y solamente en Él.”

“Mi pensamiento también es sobre la historia de Abraham e Isaac. Isaac iba a morir en el lugar del sacrificio, pero cuando llegó la necesidad de salvación, Dios proveyó un sustituto para tomar el lugar de Isaac. Nadie sabe de dónde salió ese sustituto ni cómo apareció. Solamente Dios lo sabe porque Él hizo todo eso. Todo lo que sabemos es que cuando tuvieron la necesidad, Dios reveló el camino de la salvación. Bueno, eso es parecido a lo que pasó aquí en nuestras vidas. No teníamos esperanza, pero así como Dios proveyó un sustituto para Isaac, Dios proveyó un sustituto para mí. Eso es lo que sucedió con Jesús a favor nuestro.”

“Mucha gente cree en Dios. Mucha gente cree en Jesús. Pero cuando vino Jesús, la gente no lo quería.  De igual manera pasa entre nuestra gente.  Pero algunos de nosotros estamos pensando en cuánto a todas estas historias bíblicas y ahora entendemos claramente el significado de ellas. Es la historia completa de cómo Jesús es el único camino de salvación. Es como en los tiempos de Noé.”

“Sí, claro, lo hizo por mí. Las ovejas y los corderos de sacrificio del Antiguo Testamento sólo cubrieron el pecado, pero todavía estaba allí. Sin embargo, cuando vino el último Cordero, el Cordero que es Jesús, no vino para cubrir el pecado, sino para lavarlo. ¡Jesús lo lavó para siempre! Bueno, estoy confiando con todo lo que hay en mí, en Jesús. ¡Sí, Él hizo eso por mí!”

¡Gracias por compartir con estos nacidos-de-nuevo la alegría de su nueva vida en Cristo y en el hecho de que su pecado ha sido lavado para siempre!

FIEL A LA TAREA

     La mayoría de ustedes que reciben REFLEXIONES están participando de una u otra manera en alguna obra misionera transcultural.  Ya saben que hoy en día es común encontrar iglesias que tienen una perspectiva de la obra misionera dentro de un esquema “de corto plazo”.  Algunas no captan lo complicado del trabajo transcultural y todo lo que implica llevar a cabo un discipulado dentro de este contexto. 

     En esta ocasión, queremos compartir con ustedes una carta escrita recientemente sobre uno de los equipos aquí en México.  Damos muchas gracias a Dios por los miembros de este pequeño equipo que han seguido fieles a la tarea.  
     Apreciado hermano o hermana, también damos muchas GRACIAS A DIOS POR TU VIDA.  En el lugar donde estés, queremos animarte a seguir adelante, fiel a la tarea.  Dios te bendiga.

     Hay ministerios que requieren tiempo, esfuerzo, dedicación y fidelidad de “largo plazo” como “compromiso mínimo inicial” para facilitar las posibilidades de avances significativos eternos.  Esto es el caso en muchas de las obras misioneras.  
Pero, la actitud, convicción y visión que son necesarias y fundamentales en estas obras misioneras son las mismas cualidades que debemos encontrar en cualquier obrero y ministerio.  
     La REFLEXIÓN en esta ocasión se relaciona con uno de los equipos misioneros en México, sirviendo entre la etnia Triqui.  El reto es para cada uno de nosotros — a seguir FIEL A LA TAREA.

Dios los bendiga.  
Rick y Eunice 

     Hace casi 20 años unos compañeros del ministerio llevaron una vieja casa rodante (motorhome) hacia el valle de San Quintín. La pusieron en un espacio prestado en uno de los asentamientos donde viven muchos migrantes indígenas del sur del país quienes trabajan en los campos de agricultura.  Una familia joven de una de nuestras iglesias de Tijuana se mudó con entusiasmo a esa casa rodante, ansiosa por establecer una obra misionera entre los indígenas triquis.

     Si esta joven pareja, Eduardo y Verónica, hubiera sabido lo que implicaría ser fiel a la tarea y los desafíos que enfrentarían en los años venideros; el desánimo hubiera sido demasiado abrumador. Durante su capacitación misionera, otros tres candidatos se unieron a ellos para hacer un equipo. 

     El equipo misionero fue conformado por el matrimonio de Eduardo y Verónica, dos jóvenes solteras, y Miguel Ángel.  Hace tantos años atrás, Eduardo, Verónica y una de las señoritas crecieron en el ministerio que tuvimos con los niños de sus generaciones.  El enfoque de las misiones transculturales en su juventud había impactado sus vidas.  Ahora sus vidas están impactando la eternidad de otros por medio su ministerio transcultural.  

     Después de los años de entrenamiento misionero, el equipo comenzó el largo y tedioso proceso de aprendizaje y adquisición de la cultura y el idioma.  Esta tarea se hizo más desafiante aún debido a la compleja estructura tonal del idioma. Para un visitante, muchas palabras y frases pueden sonar indistinguibles. ¡Pero los tonos en el idioma que muchas veces son casi imperceptibles, hacen una gran diferencia para las personas en lo que se está comunicando y entendiendo!

     Han pasado casi dos décadas desde que comenzó todo esto.  Con el transcurso del tiempo las señoritas dejaron la obra debido a diferentes circunstancias. Las contribuciones de las dos fueron enormes y eternamente valoradas.    Hoy siguen en el trabajo Eduardo, Verónica, y Miguel Ángel.  A lo largo de todo este tiempo las iglesias, a pesar de ser de escasos recursos, fielmente han apoyado, orado, animado y ayudado a sus misioneros. Y el equipo, a pesar de haber enfrentado innumerables desafíos, se ha mantenido fiel a la tarea.

     Miguel Ángel, Eduardo y Verónica han vivido todo este tiempo entre el pueblo triqui, compartiendo sus alegrías y tristezas, estando con ellos al nacer sus hijos y en los entierros de sus fallecidos. Han sido parte de la comunidad triqui y se han convertido en sus amigos de confianza.

     Hoy día están compartiendo la historia de Dios con ellos en su propio contexto tribal. La respuesta hasta ahora ha sido muy limitada y lenta. Pocos han expresado agradecimiento por la fiel dedicación del equipo, por su amor, amistad o por haberles traído el mensaje de vida. Sin embargo, hay un número creciente de interesados.

     ¡Qué bendición ha sido poder acompañarlos a lo largo de los años y observarlos mantenerse fieles a la tarea!  ¡Qué honor verlos ahora discipulando a algunos de estas preciosas vidas triquis en su propio contexto lingüístico y cultural!  Hay muy, muy, muy pocos misioneros en nuestro país que han dedicado el tiempo necesario para aprender los idiomas de las etnias que pretenden alcanzar. Estamos profundamente agradecidos a Dios por Miguel Ángel, Eduardo y Verónica y orgullosos de que se hayan mantenido fieles a la tarea.

     En este último año, hubo algunos avances significativos en la enseñanza de la Palabra.  Debido a las brechas culturales entre las diferentes generaciones triquis y otros factores, el equipo necesitaba enseñar algunos triquis en su propio idioma mientras a otros en español y algunos con una mezcla de los dos idiomas.

     Hace poco, algunos manifestaron su comprensión de la historia de Dios, el perdón de sus pecados, sobre el nacer de nuevo y ahora están agradeciendo a Dios por sus vidas transformadas.

     Uno de los nuevos creyentes triquis, un hombre mayor de edad dijo: “Todos estos años creí que yo era un hijo de Dios. Creí que al hacer el bien, al creer en Dios, al bautizarme y otras cosas por el estilo; me haría justo delante de Él. Pero ahora entiendo que nunca fui salvo. Si hubiera muerto, hubiera ido al infierno. Ahora que he oído y entendido la historia de Dios, entiendo claramente cómo ser salvo. Hoy soy salvo de mis pecados porque de la misma manera que Dios hizo que un inocente muriera para cubrir a Adán y Eva; Jesús, el verdadero Cordero, murió para cubrir mi pecado. Eso es lo que creo”.

 

     Le invitamos a guardar esta foto de Eduardo, Verónica y Miguel Ángel y seguir orando por ellos así como por el trabajo entre los triquis.

Apreciado y estimado hermano o hermana, gracias por ser parte integral de este equipo y ministerio. Gracias por el apoyo e inspiración que son para cada uno de nosotros.

Le agradecemos por su ánimo que nos impulsa a seguir fiel a la tarea.

REFLEXIONES

UNA NUEVA VIDA, UN NUEVO DESTINO Y PARA ENTRAR A AMBOS, UNOS CALCETINES NUEVOS

Conocí a Oscar a principios de los 80s cuando fui a compartir en un instituto de capacitación misionera en Sur América. Varios años después, él y su familia fueron asignados a abrir una obra tribal en la selva venezolana.

Con dos de mis equipos de discipulado trabajamos junto a Oscar a lo largo de un par de años para cortar y abrir una pista de aterrizaje en la jungla y construir las casas para él y los otros del equipo misionero.

Pasaron los años y Oscar culminó su trabajo en ese lugar.  Luego hizo la transición a varios ministerios relacionados.  Uno de ellos fue el de trabajar en equipo con nosotros en el discipulado “Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes” en varios lugares de Venezuela y Colombia.

Oscar tiene un amor por los perdidos. Una de las muchas cualidades sobresalientes en su vida es su autodisciplina e iniciativa para “hacerse todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles”.  Tal es el caso de una familia en un pueblo no muy lejos de la finca donde vive Oscar y su familia.

Durante varios años se desarrolló una amistad especial con esta familia.  Ahora, cada vez que Oscar y su esposa viajan para obtener los suministros enviados para los ministerios, obreros y varios misioneros como Oscar, pasan por este pequeño pueblo y se hospedan en casa de esta familia en ruta a la ciudad lejana donde llegan nuestras provisiones.   La relación especial con esta familia ha facilitado muchas oportunidades maravillosas para compartirles la historia de Dios.

Durante estos últimos meses, cada uno de esta familia llegó a comprender y a estar convencidos de la verdad de la Palabra de Dios y el significado para sus vidas. El hombre más anciano de la casa, que estaba en muy mal estado de salud, también se vio profundamente impactado por el mensaje y nació de nuevo.

Además de las “provisiones de supervivencia” enviadas para los diversos ministerios, también se les ha facilitado algunas “cosas personales” para los misioneros, pastores y otros. Estos “detalles personales” han sido de ánimo y bendición para sus vidas en este tiempo de tremenda crisis en el bello país de Venezuela. Uno de los artículos personales que fueron enviados recientemente para Oscar y su familia fueron unos calcetines. Pero debido a como están las cosas, lo que se proporciona a una familia a menudo termina siendo compartido con otras personas que igualmente lo necesitan.

Recientemente Oscar hizo el viaje para recoger las provisiones ministeriales y personales que incluían los calcetines.  En su viaje de regreso, al llegar al pueblo, se detuvo a pasar la noche en casa de la familia. Luego de llegar, sacó algo de la comida para compartir, y al ver la necesidad de la familia, Oscar también decidió compartir los nuevos calcetines que había recibido. ¡El hombre mayor y enfermo se sintió profundamente conmovido al recibir un par de calcetines nuevos solo para él!

Sostuvo los calcetines mirándolos intensamente, luego le ordenó a su hijo que guardara los calcetines para cuando él muriera. Miró a todos y dijo: “Yo  que voy a morir pronto. Cuando me muera quiero que me pongan estos calcetines nuevos.  ¡Coloquenme en el ataúd con mi cabeza elevada de manera que pueda mirar hacia mis pies y ver mis calcetines nuevos!”

Oscar siguió compartiendo la Palabra con esta familia, y Dios siguió inquietando sus pensamientos en lo más profundo de sus corazones. En poco tiempo, el hombre puso toda su confianza y esperanza en el Dios de la creación. Poco tiempo después llegó el momento de su partida. El señor, ahora nacido-de-nuevo, llamó a su hijo para despedirse antes de partir hacia su nuevo destino con Cristo.

“Ha llegado el momento”, dijo. “Ellos vienen a llevarme ahora. Ya voy a partir “. El hijo protestó y le suplicó a su padre que no muriera, diciendo “No, no digas estas cosas; no nos dejes. “ Pero su padre tranquilamente y con plena confianza respondió: “No, ya me voy.  Es mi tiempo. ¡Mira! ¡Como se puede ver que han venido a llevarme a casa!”

Respiró una última vez y dejó su cuerpo con una gran sonrisa en su rostro. Sus últimas peticiones fueron atendidas. Lo colocaron en un ataúd con una almohada levantando la cabeza como si estuviera mirándose los pies y a sus calcetines nuevos.

Su tiempo de convertido fue corto, pero vibrante.  Fue un testimonio de su fe en Dios y de su nueva vida.  Su partida fue un testimonio de su plena esperanza y de su nuevo destino. Y sus nuevos calcetines fueron un testimonio de su gozo por cómo Dios le había enviado un mensajero para hablarle de la verdad y el significado de la historia de la vida eterna.  Fueron un testimonio de su convicción acerca del amor de Dios por él.  Una historia que incluía unos calcetines nuevos que no se usarían hasta que ya no fueran necesarios.

Quizás en ocasiones todos somos culpables de minimizar cosas que pueden parecer insignificantes. Sin embargo, debemos tener mucho cuidado con lo que consideramos “de poca importancia”. ¡Desde hace mucho tiempo Dios ha favorecido tales cosas!

Entre una gran multitud de ejemplos encontramos a Moisés con un bastón, una vara simple que Dios usó para liberar a una nación. Observamos que para David fueron unas pequeñas piedras usadas para conquistar a un gran enemigo. Recordamos a una viuda pobre con una cantidad insignificante de harina y aceite de oliva que Dios multiplicó para provisión abundante y prolongada. Luego, estaba el niño que le dio a Jesús cinco panes y dos pececillos “insignificantes” que eran más que “necesarios” para hacer un gran milagro.

Hasta el día de hoy, Dios sigue usando las tonterías de este mundo para avergonzar a los supuestos sabios y a los débiles para avergonzar a los supuestos fuertes. A eso le podemos sumar hoy la historia de un hombre enfermo que recibió una nueva vida, un nuevo destino, ¡y para entrar a ambos, unos calcetines nuevos!

¡Damos gracias a Dios por la vida de nuestro hermano, amigo y consiervo Oscar!  ¡Y hoy estamos dando gracias a Dios por tu vida también, por ser parte de esta historia y por ser de bendición multiplicada para muchos!  Dios los bendiga.

Rick y Eunice

REFLEXIONES

QUERIDO PAPÁ, POR FAVOR VUELVE A CASA 

Lo conocí por más de 40 años.  Un hombre muy fuerte, persistente, dedicado, fiel y comprometido.  Un pastor que predicaba más desde sus simples chancletas que de cualquier púlpito o plataforma.  Quizás alguien lo vió llorar alguna vez, pero ahorita no me acuerdo haberlo visto llorar a pesar de haberlo observado envuelto en situaciones sumamente tristes y fuertes.  Era uno de nuestros pastores.  Pero aunque “pastor en la iglesia” su corazón siempre, siempre lo llevaba a la calle, a los hospitales, a los desamparados en los lugares más pobres.  

Era un predicador reconocido, conferencista buscado, pero su anhelo era estar en la calle, en los lugares más oscuros del sector más problemático de la ciudad de Tijuana, México.  Quería ayudar, animar, servir y bendecir a los niños de la calle.  No los quería dejar.  No podía dejarlos.  

 Líderes ministeriales, pastores y otros de varios países le imploraban, rogaban y animaban a dejar la calle y dedicarse los últimos años de su vida a escribir.  Muchos querían tener por escrito la sabiduría de sus décadas de dedicación y experiencia ministerial.  Pero lo resistía.  El pastor siguió sirviendo en esas calles con los niños necesitados hasta el día de su muerte.   Cuando el pastor había muerto, me tocó acomodar y recoger lo poquito que le quedaba en su humilde apartamento.  Fue hasta entonces que entendí.  Quizás no fue algo muy espiritual.  No sé.    

Por algún motivo que desconozco, hoy fui impulsado a abrir la carpeta que contiene una colección de notas escritas por este pastor hace más de 80 años cuando era apenas un pequeño.  Notas escritas por un niño sufriendo la ausencia de su papi, un niño queriendo tener el afecto de un padre, notas de un corazón herido implorando a su papá: “Papá, te amo.  Por favor, vuelve a casa.” 

Gracias a Dios que en Su misericordia convirtió la herida del corazón de este hombre en medicina, amor y servicio en el nombre de Jesús a las multitudes de chicos en las calles de Tijuana, México. 

La REFLEXIÓN para este mes es simplemente para llamar a ustedes los hombres a REFLEXIONAR en cuanto a la necesidad de ser de verdad un hombre, un hombre de Dios.  Dentro como fuera de la comunidad Cristiana hay niños y jóvenes deseando tener la influencia de un hombre de Dios invertida en su vida.   Pienso que cada uno de ustedes leyendo estas líneas pueden hacer algo impactante como fruto de esta reflexión.  Hay muchos muchachos que no tienen padres, o que nunca han tenido uno, y que nunca han conocido el amor de un padre.  Pero hay otros muchachos que tienen su padre, muy cerca de ellos, en la misma casa, pero algunos de estos padres viven como si no tuviera un hijo. 

Hay una breve lectura relacionada que estamos extrayendo del libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto en esta ocasión, de las páginas 353-354:  

Hablando con ustedes, los hombres: Hermanos, ustedes deben ser realmente la cabeza del hogar. “Cabeza” no significa “jefe” o “el que manda”, sino, más bien, el que da dirección, el que alimenta a su familia espiritualmente, el que dirige su familia por el buen camino y establece una disciplina en el hogar; el que suple las necesidades esenciales (no los antojos o libertinaje) de cada uno. 

El hombre que no toma la iniciativa para dar dirección espiritual, moral y emocional, además de suplir las necesidades físicas de su hogar, no tendrá ningún ministerio realmente efectivo de largo plazo en ninguna parte. Hermanos, deben ser verdaderamente humildes y buscar la manera de amar bien a sus esposas e hijos. Aunque muchos no fueron criados con este ejemplo, sí pueden aprender a hacerlo con su familia. 
Apliquen los principios dados en la Palabra y verán cambios edificantes tanto en el hogar, como en su vida personal. 

REFLEXIONES

EL DISCIPULADO NATURALMENTE ES MULTIPLICACIÓN.

Los procesos naturales no necesitan que los forcemos, los resultados se van dando espontáneamente. Aunque para que se logren los resultados siempre se necesita de distintos elementos, por ejemplo, en la agricultura se necesita de tierra y semilla fundamentalmente, pero sin agua y sol y sin un sembrador responsable sería muy difícil poder tener frutos.


En los Talleres o Entrenamiento  de Edifiquemos Sobre Cimientos de los cuales Dios me ha dado el privilegio de participar como oyente hace algunos años atrás y de hoy en día ser un facilitador de los mismos, revisamos muchas principios y valores que según vemos por la Palabra de Dios facilitan el proceso de Hacer Discípulos. 


Uno de los aspectos que revisamos en los Talleres o Entrenamiento de  Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes es el que Jesús desarrolla muy bien en Mateo 13 por medio de la Parábola del Sembrador, esa a la cual se hace referencia en Marcos 4 de igual manera. Al llegar a este punto de los talleres o entrenamiento, resaltamos que el enfoque de Jesús era el de llevar a sus Discípulos a que entendieran y vieran la importancia del entendimiento en el proceso de Enseñanza Bíblica. Mucho quizás se ha dicho sobre esta famosa Parábola y sobre lo que nos enseña, y pudiéramos escribir mucho sobre eso. Sin embargo, como ya lo mencione me quiero centrarme  en esta oportunidad en lo que tiene que ver con el entendimiento y lo que NATURALMENTE este produce. 


En la Parábola vemos que hay un fruto del cual Jesús menciona que hay una MULTIPLICACIÓN de treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado. Ese fruto se da gracias al Entendimiento que hay de la Palabra de Dios. No quiero tampoco detenerme en los porcentajes que se dan como resultado. Ni en todo lo que envuelve la Parábola.  Como ya lo dije me quiero centrar en el Resultado por esta vez, sin dejar ni  menospreciar lo que es el proceso que lleva la siembra responsable. 


Y es que más que enseñar lo que quiero es compartir el testimonio de lo que ha pasado recientemente en mi hogar. Pues mi hijo Juan Esteban de once años de edad y que recientemente se bautizó me ha mostrado lo que es la MULTIPLICACIÓN  que se da de manera NATURAL en el proceso del Discipulado. Juan Esteban comenzó el año como todos los niños teniendo sus clases y haciendo sus tareas de la escuela desde casa debido a que desde que comenzó la cuarentena por la pandemia del Coronavirus la casa ahora en su escuela, esto ha hecho que tengamos más tiempo para tenerle a él y a su hermana Samnata en casa, esto ha generado dinámicas muy buenas en nuestro hogar y también tiempo de ocio. Algo que ha ayudado a contrarrestar ese ocio es que los niños de la comunidad por iniciativa propia  se han organizado y están jugando Béisbol casi todas las tardes y Juan Esteban es uno de los que participa muy consecuentemente, y con mucha alegría siempre nos cuenta de como juegan, lo que dicen y hacen en ese lapso de 2 horas al día que dedica a jugar con sus amigos. Su Mamá y Yo hemos ido algunas veces a verlos jugar y Yo hasta he jugado en algunas ocasiones con ellos lo cual le da mucho gozo a Juan Esteban y a sus amigos.  Los últimos días Juan Esteban nos ha venido hablando de un amigo en particular, nos habla de que es un niño de más o menos la misma edad de él y que es un niño que trabaja con sus padres, que desde muy temprano los acompaña en sus jornadas y que termina su trabajo rápido para poder estar con los niños a tiempo para jugar. Ahora bien Juan Esteban ha ido más allá y le ha preguntado su nombre, por qué menciono esto, porque al ser un niño de la Etnia Wayuu todos le dicen como apodo o sobrenombre Way, pues así le dicen a la mayoría de los hombres de esta Etnia incluso hasta de forma despectiva. El nombre del niño es Orlando y tanto Juan Esteban como sus amigos se han dado cuenta de que las condiciones de vida de este niño y su familia son las de mucha pobreza, él nos dice que siempre tiene la misma ropa y que hasta juega descalzo. Juan nos habló de preparar una bolsa de alimentos para este niño y su familia y también está preparando ropa y calzado para regalarle. Sin embargo, eso no es lo que nos ha llamado la atención, lo que nos ha mostrado Juan es la NATURALIDAD de lo que está viviendo en su Relación con Dios y lo que ha visto y aprendido, pues nos dijo que él está consciente que eso con lo que quiere ayudar a su amigo es solo algo material y pasajero, nos dijo que lo más importante que tenía que compartir con Orlando era el mensaje que le da Salvación, y así mismo nos dijo que quiere comenzar a enseñarle la Palabra de Dios como él la ha podido ver, esa que le ha traído entendimiento y  que hoy está dando frutos que NATURALMENTE son resultado de un Discipulado MULTIPLICADOR. 

Audia y Yo no forzamos a Juan Estaban a Evangelizar a Orlando, así como no lo hacemos con nadie, lo que sí hemos hecho de forma intencional es modelarle, ser de ejemplo a Juan Esteban en la dependencia de Dios, el Estudio Bíblico y la comunicación del Mensaje de Salvación de forma integral. No se ha tratado de nosotros, ha sido lo que Juan Esteban ha visto de Dios en nosotros de manera NATURAL, porque desde que nacimos de nuevo somos nuevas criaturas que viven queriendo siempre estar pegados a La Vid Verdadera deseando que como ramas demos los frutos que Dios quiere. 

Con Amor 
Alfredo y Audia. 

REFLEXIONES

LOS DISCÍPULOS DE LOS DISCÍPULOS DE TUS DISCÍPULOS….

Desde hace tiempo un número creciente de líderes y pastores han compartido su preocupación en cuanto a la dinámica, o falta la de ella, relacionada con el discipulado en sus círculos ministeriales.  Mientras en unos contextos se ve el discipulado desarrollándose y creciendo de manera intencional y natural, así proveyendo equilibrio, dirección, crecimiento y futuro a la iglesia, en otros entornos el “discipulado” se ha quedado en una trama académica y estéril, y sin una función real. 

2 Timoteo 2:2, Nos muestra en un solo versículo la dinámica del discipulado en una óptica de cuatro generaciones que apunta hacia una continuación perpetua.  

 Lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza que sean capaces de enseñárselo a otros.

Aunque el discipulado no inició con Pablo, ni terminó con “sus bisnietos” espirituales, claramente revela una visión futurista relacionada con el trabajo que llevaba a cabo en el momento.  ¡Aunque un solo enfoque debe ser el que relaciona el trabajo de hoy con un fruto multiplicado de mañana, el discipular y el hacer discípulos pueden ser dos cosas distintas!

Para iniciar el nuevo año 2021, queremos compartir tres perspectivas y preguntas relacionadas con el discipulado funcional.  En cada lugar donde hay un discipulado funcional efectivo encontrarás estas dinámicas.

1. El que tiene efectividad en el discipulado entiende la importancia de INVERTIR en las vidas de los demás, no solo “enseñarles”.  Es posible enseñar la Palabra de Dios sin invertir en las personas siendo enseñadas.  El discipulado SIEMPRE implica la inversión de tu vida INTENCIONALMENTE en el desarrollo y en la formación de los demás. 

Pregunta: Apreciado pastor o líder, ¿De qué manera están tus discípulos siendo formados, orientados y desarrollados como resultado de tu inversión intencional? (APARTE de estudios bíblicos, predicaciones y reuniones académicas).

El discipulado debe ser personal, intencional y significativo, y eso requiere tu inversión personal en las vidas de los demás.

2. El que tiene efectividad en el discipulado vive en relaciones de rendición de cuentas.  Por esto repetimos que el discipulado verdadero implica rendir cuentas personales de forma continua y permanente.  Hace varios años Eunice y yo tuvimos la oportunidad de entrevistar a varios misioneros veteranos, hermanos que sirvieron en diferentes países a lo largo de décadas y bajo condiciones difíciles.  Uno de los puntos sobresalientes expresados por estos misioneros de edad avanzada (¡entre 80-90+ años!) fue la importancia del tema en cuestión de: ¿Quiénes son tus “Timoteos”, y tus “Pablos”?  Hay necesidad de las dos relaciones a la vez.  No podemos enseñar a otros a ser transparentes, abiertos, tratar con faltas y deficiencias si nosotros no lo estamos realizando igualmente.  

Pregunta: Querido hermano, ¿Quiénes son tus “Pablos”, las personas con quien tú estás siendo responsable INTENCIONALMENTE?  Y, ¿Quiénes son tus “Timoteos”?  ¿En quiénes estás invirtiendo tu vida INTENCIONALMENTE, ayudándoles a desarrollar sus vidas y lograr su máximo potencial? 

Para ser un buen discipulador, uno debe ser también un buen discípulo.

3.  El que tiene efectividad en el discipulado lleva disciplina en su forma de pensar.  El discipulador serio aprende a pensar y cómo pensar.  Así el principio de Gálatas 6:7-8 le da una protección y a la vez dirección, disciplina, responsabilidad y paciencia.  Parte de este proceso es la evaluación INTENCIONAL.  ¿Cómo va tu propia vida?  ¿Qué están viendo los demás en tu vida?  ¿Qué cosas deben ser tratadas en tu vida?  Estas y otras preguntas y evaluaciones encuentran un lugar fijo en la vida del discipulador serio y todo eso relacionado con el fundamento de Romanos 12:1-2.

Preguntas: ¿Quiénes son o fueron tus discípulos hace diez años, seis años, cinco, dos o en el año pasado?  ¿Dónde están estas personas hoy?  ¿Tu discipulado con otros fue hecho de manera INTENCIONAL, pensando, evaluando y pidiendo perspectiva y orientación de tus mentores?

El discipulado funcional requiere humildad, evaluación, perspectiva y responsabilidad INTENCIONAL.

En conclusión de esta breve REFLEXIÓN, damos gracias a Dios por cada uno de ustedes.  Damos gracias a Dios por todo lo que son, y también por todo lo que hacen.  Esperamos que estos tres puntos, entre los muchos más que hay, sean de ánimo y bendición.

Les animamos a que tengan cuidado de no sólo enfocarse en “las formas” que utilizan en sus actividades discipulares sin poner el mayor enfoque en “la función calificada”.  Demasiados ministerios, misiones e iglesias se enfocan exclusivamente en “la forma” que utilizan sin evaluar “la función” dentro del cuadro “calificado”.  ¡A Pablo no le interesaba discipular a Timoteo!  ¡Más bien Pablo quería ayudar y apoyar a Timoteo a ser un discípulo, un discípulo de Cristo!  

¿Cuál es la diferencia entre el discipulado y el hacer discípulos?  Es el enfoque.  Desafortunadamente hoy día es demasiado común ver el enfoque de lo que llaman “discipulado” centrado en el discipulador o en sus actividades (LA FORMA) mientras a la vez ignorando el supuesto propósito que debería ser LA FUNCIÓN.   

Es imposible apreciar la efectividad de un discipulado viendo solamente la forma, ni siquiera observando las vidas de los que están siendo discipulados en el momento.  La efectividad de tu discipulado INTENCIONAL se verá en los discípulos de los discípulos de tus discípulos.  Eso fue la visión futurista que tuvo Pablo en cuanto a Timoteo, y más allá de Timoteo mientras realizaba sus responsabilidades diarias.  Nuestro hermano Pablo INTENCIONALMENTE enlazaba el pasado, el presente y el futuro en un solo ministerio integral.  

Les animamos a revisar un breve texto relacionado con este tema que se encuentra en el libro Las Lágrimas En El Camino De Mileto, páginas 133-139.  (Los segmentos – “El discipulado en el servicio de los dirigentes”, “El discipulado en la formación de las iglesias”, y “El discipulado y el seguimiento”).

Que Dios los bendiga ricamente.  

Rick y Eunice                 

DOS IDENTIFICACIONES, UN DÍA ESPECIAL

Nuestra iglesia en Tijuana, México ha continuado con sus ministerios y reuniones. Sin embargo, durante los últimos meses se decidió reunirse como iglesia en grupos pequeños en las casas de diferentes hermanos. Este domingo fue un día especial, el recordatorio de dos milagros en el Antiguo Testamento y su significado lo vivimos hoy. ¡Dos identificaciones, un día especial! 

     El primer milagro fue el de la Pascua (Éxodo 12). Esta fue la liberación de Israel de la esclavitud y la culminación de los tres componentes relacionados con la salvación: la fe, el sacrificio y la sangre de un Inocente a favor del culpable. Este gran evento presagió lo que vendría con Jesús, la Gran Transición. Fue ese día cuando Jesús miró a sus discípulos y expresó cuán profundamente había anticipado compartir esa Cena de Pascua con ellos mientras se preparaba para convertirse en nuestro Inocente de la Pascua Eterna (Lucas 22:15). Esto es lo que nosotros llamamos ahora — “Celebrar la Cena del Señor”, ¡bueno, al menos así se llama aunque en muchas iglesias no parece tener de verdad una relación con una “cena de celebración”!

Entre nosotros, este tiempo es típicamente un momento para compartir juntos, dar gracias a Dios y centrarnos en la gratitud por lo que Jesús hizo por cada uno. Oramos, agradecemos a Dios, cantamos y compartimos una comida como parte de la Cena del Señor. ¡Pero este domingo el tiempo se acortó un poco debido al hecho de que pronto nos encontraríamos reunidos con los demás grupos pequeños en la calle donde se celebraría el significado de lo que sucedió poco después de salir los israelitas de la esclavitud en Egipto por medio de la Pascua!

Volviendo al Antiguo Testamento – Después de que los israelitas fueron liberados de la esclavitud a través de la Pascua, comenzaron su viaje de libertad. ¡Pero “la primera parada” no estaba muy lejos! Dios los condujo a donde se necesitaría aprender y recordar una gran lección. ¡Y esta lección es para nosotros también el día de hoy! Así como ellos (¡y nosotros también!) fueron salvados por gracia, necesitaban ellos (y nosotros también) entender que el camino a seguir en esta vida debe continuar en esa misma gracia. Un gran evento los identificaría como “los que salieron de la muerte a la vida”, ¡y debería ser lo mismo, “simbólicamente” hoy en nuestras vidas!

Fueron conducidos a un obstáculo “imposible” en las orillas del Mar Rojo. ¡Allí tuvo lugar el bautismo más grande de la historia del mundo (1 Corintios 10:1-4)! El camino que tenían ante ellos a través del Mar Rojo se abriría a la vida mediante el propósito y el significado del bautismo, que es simplemente el de la “identificación”. Así que el domingo por la tarde, todos nos reunimos alrededor de un tanque de agua en el borde de la calle para celebrar el bautismo público de siete recién Nacidos-de-Nuevo dando testimonio a sus vecinos y compañeros de trabajo de su identificación con el Dios de los Cielos.

Hoy pudimos celebrar el propósito de los dos eventos del Antiguo Testamento (el éxodo de la Pascua y el bautismo en el Mar Rojo), y su significado eterno para nosotros hoy. ¡Dos identificaciones, un día especial!

Para los lectores que desean profundizarse más en estos temas del bautismo y la Cena del Señor, les recomendamos leer el capítulo 7 del libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto (páginas 217 – 250). Que Dios los bendiga y ánimo.

Las Lágrimas en el Camino de Mileto, capítulo 7, páginas 217 – 250

La Forma y Función de la Iglesia

De todas las cuestiones relacionadas a la iglesia como organismo, hay dos en particular que son fundamentales y que deben ser entendidas por todos nuestros miembros. Estas dos cuestiones son las que están relacionadas con la función y la forma de la iglesia. Las cuestiones relacionadas con la función de cualquier asamblea son las más importantes, pues si ignoramos su función (que es su propósito) sólo nos quedará una forma muerta. Nuestro Dios nos ha dejado en claro varios asuntos relacionados con Su deseo en cuanto a la función de Su iglesia. Sin embargo, en cada lugar, en cada cultura y en cada generación pueden variar las formas de cómo la iglesia lleva a cabo esta función.

Nuestro Dios nos ha mostrado claramente su propósito para la iglesia, de cómo debe funcionar, pero no nos dejó una estructura estricta de las formas de cómo organizarnos en estos propósitos y funciones. Aquí encontramos una gran encrucijada en el camino. La iglesia debe escoger su destino, su futuro, y enfrentarse con el porqué de su existencia. Cada congregación escogerá entre dos opciones:

1. Buscará las mejores formas para reflejar los propósitos de Dios dentro de su contexto cultural.

2. Adoptará caminos muertos, religiosos e institucionales.

Algo curioso es el hecho de que existen muchísimas iglesias que junto con sus pastores se preocupan profundamente por mantener las formas tradicionales de la iglesia, mientras parecen desinteresados en si la iglesia realmente tiene una función o no; aparte de tener reuniones cada semana.

La iglesia puede pasar meses, hasta años y aun décadas sin que la congregación se involucre ministrando a los necesitados, apoyando a la obra misionera transcultural, enseñando personalmente a los que no han entendido la Palabra, etc. Hay congregaciones donde los mismos pastores poco ministran fuera del ambiente “clínico” o “estéril” del “santuario” o de su oficina. No les interesa funcionar con un ministerio dentro de la oscuridad del mundo puesto que están amarrados a una forma de “iglesismo” que les mantiene sin una función dinámica en la vida y mundo real.Hermanos, hay mucho que hablar entre ustedes sobre este asunto de las funciones y las formas de nuestras iglesias. No sé hasta dónde llegaríamos si fuéramos a profundizar en este tema aquí. ¡Sería todo un libro aparte para tratar solamente con estos aspectos de nuestras iglesias!

Las formas muertas de la religiosidad

A lo largo de los años hemos observado a algunas iglesias “establecidas” ayudando a “organizar” a otras congregaciones en su proceso de, supuestamente, cumplir con algunas expectativas legales. Ha sido sumamente interesante observar que la mayor preocupación y enfoque sobresaliente de esas iglesias “establecidas”, ha sido conformar a las demás congregaciones a su forma tradicional muerta; una forma sumamente parecida, en estructura, a la iglesia católica romana. Aunque ellas negarían que sea así, el resultado de su trabajo da testimonio de otra realidad. Lo que observamos, en la gran mayoría de los casos, son iglesias que siguen la forma de las iglesias que las “organizaron”, y muchas de ellas con toda su inversión, esfuerzo y enfoque sólo para mantener lo que perciben como “la forma correcta”.

Reconocemos que no es la intención de esas iglesias, o más bien la de sus pastores, la de apagar el fuego de la función de cualquier otra asamblea. Sin embargo, las formas que intentan imponer a las asambleas no hacen nada para ayudar a las congregaciones en su función, en sus ministerios a los necesitados, a los huérfanos, viudas, desamparados o a aumentar su trabajo en enviar misioneros a los no alcanzados. Tampoco impulsa ni inspira a las congregaciones para lograr que cada miembro sea un ministro útil para los demás miembros. Lo que observamos es todo lo contrario.

Con la influencia que traen las formas, el enfoque va cada vez más hacia la importancia de mantener las costumbres de la religiosidad muerta. Toda la forma y estructura gira alrededor de ciertos personajes en la iglesia (el pastor), la forma correcta, según ellos, para llevar a cabo los cultos (pastor-céntrico), y la manera correcta para establecer los ritos de la iglesia incluyendo el bautismo y la Cena del Señor (también para ellos, pastor-céntricos.). A continuación, dedicamos un espacio para tratar brevemente con estas dos prácticas importantes, el bautismo y la Cena del Señor, en las iglesias.

El significado del bautismo identificación

Pablo escribió lo siguiente a los creyentes de Corinto. 1 Corintios 10:1-4, “No quiero hermanos, que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo aquella nube, y que todos atravesaron el Mar Rojo. De ese modo todos ellos quedaron unidos a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. Igualmente, todos ellos comieron el mismo alimento espiritual y tomaron la misma bebida espiritual. Porque bebían agua de la roca espiritual que los acompañaba en su viaje, la cual era Cristo”.

El primer paso de obediencia que típicamente se espera de los nuevos creyentes en las iglesias es el paso del bautismo. Veremos que el bautismo tiene una función muy importante en y por medio del creyente. Veremos que la forma en que se practica el bautismo tiene una fuerte influencia en la vida de la gente. En muchas partes proclaman la importancia de este primer “paso de testimonio” del nuevo discípulo, pero luego, por medio de las formas que tienen, encierran el testimonio entre los que menos lo necesitan, la iglesia.

En tantos lugares se mantiene la costumbre de bautizar a los nuevos creyentes en el edificio de la iglesia, delante de los miembros de la iglesia. Sea como sea, esta forma limita el testimonio del individuo y muy bien puede limitar su convicción también, en cuanto a la importancia de su proclamación de la nueva vida.

Mucho ha sido escrito sobre el bautismo, pero poco o nada existe para respaldar bíblicamente las prácticas que muchas iglesias llevan ahora. Estas prácticas y formas populares, pero no bíblicas, han dado lugar para que tomara raíz mucha confusión que no hubiera existido si la iglesia hubiera seguido las prácticas de la iglesia primitiva.

Un ejemplo es el énfasis que ponemos a unas tradiciones no bíblicas mientras a la vez hemos alterado lo que la Palabra nos enseña. Hoy día se habla, o se le pregunta a la gente, sobre cuando “repitieron la oración del pecador”, o cuando “invitaron a Jesús entrar a su corazoncito” y otras cosas parecidas. Hermanos, estas palabras no están necesariamente mal, pero ¿de dónde hemos tomado estos modelos? Mientras no tenemos ningún ejemplo bíblico de alguien dando testimonio de “cuando oraron para recibir a Jesús en su corazón”, hay una multitud de ejemplos, en el libro de los Hechos, de la nueva fe y convicción de los creyentes siendo expresada inmediatamente por medio del bautismo.

Si comparamos las prácticas populares de muchos lugares hoy con los ejemplos que tenemos en el libro de los Hechos, ¡parece que estaríamos hablando de dos historias totalmente diferentes! En el libro de los Hechos, tenemos el bautismo como el “punto de partida” del testimonio de uno y eso unido o conectado al testimonio inmediato de su fe.

Mientras tanto, ahora vemos a algunas iglesias que han puesto el bautismo como algo ajeno a eso y más bien relacionado a compromisos, membresías, pruebas de tiempo para que el individuo “gane” la oportunidad de ser bautizado, ritos de purificación, tiempos de preparación y otras cosas parecidas.

El bautismo – forma y función

No ignoramos que hay varias formas diferentes, y hasta creencias, relacionadas al bautismo. En la mayoría de las iglesias cristianas practican el bautismo por inmersión, mientras en otras lo practican por aspersión. Muchas iglesias sólo bautizan a creyentes mientras algunas practican el bautismo de los infantes. No vamos a entrar en estas diferentes posiciones aquí, sino que seguiremos enfocándonos en lo que es el propósito y la función del bautismo que se relaciona completamente con identificación.

Si empezamos a hablar sobre el significado del bautismo entonces la forma, o el método, tendrá más sentido. Hay tantas prácticas que tenemos en las iglesias de hoy que incluyen formas raras o chistosas que nadie sabe de dónde salieron. Sin embargo, en muchos lugares se defiende la forma tradicional, como siempre se han hecho las cosas, aun cuando todo el mundo puede ver que no tiene sentido bíblico, ni ayuda a la iglesia a crecer en obediencia a Dios. Cada asunto de la iglesia, tanto su función como su forma, deben ser medidos por el propósito y significado de la Palabra, no por las instituciones humanas ni por propósitos egoístas.

El bautismo — testimonio

En nuestras congregaciones, desde el principio, hemos tenido la costumbre de llevar a cabo los bautismos en la calle, frente a las casas de los nuevos discípulos. De esta manera, sus conocidos, vecinos y otros del público pueden ver (¡aunque a veces con mucha curiosidad!) lo que está pasando. Con pocas excepciones, esta es la forma que hemos llevado, una forma que facilita la función de que el nuevo creyente dé testimonio de su nueva vida ante el público, vecinos, amigos, los no creyentes y los creyentes.

Así el individuo va uniendo sus “convicciones interiores” con el “acto público exterior”. Quizás para algunos, que no son de nuestras congregaciones, esta forma no les parecerá la mejor. Como hemos dicho, puede haber muchas formas diferentes. Si hay hermanos que tienen otras formas que les han sido de mayor testimonio y de mejor función, estamos con todo el ánimo para aprender de ellos como lo hemos hecho con otros. Vamos a hablar un poco sobre lo que es y lo que no es el bautismo, empezando con el texto citado antes, 1 Corintios 10:1-4.

El bautismo en la nube y en el mar–identificación

Nuestro hermano Pablo habla de algunas cosas que puedan parecer extrañas para algunos. Hablando de los israelitas unos 1.400 años antes de Cristo, dice que todos ellos quedaron unidos a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. Luego habla de cómo tomaron agua de la roca espiritual que los acompañaba en su viaje, la cual era Cristo. Aquí Pablo hace referencia a tres identificaciones, un bautismo en la nube, otro bautismo en el mar, y la provisión de Cristo quien los acompañaba dándoles pan del cielo y agua de la roca en su viaje, ¡y eso unos 1.400 años antes del nacimiento de Jesucristo!

Obviamente no estamos hablando del mismo bautismo que vemos en el Nuevo Testamento o en nuestras iglesias hoy en día, pues la gente no estaba identificándose con Jesús, sino con Moisés. Dice que quedaron unidos a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar.

Las preguntas que surgen son, ¿Qué es el bautismo en la nube? Y luego, ¿Cómo dice que fueron bautizados en el mar si ninguno de los israelitas fue sumergido, ni mojado, al pasar por en medio del Mar Rojo? En estas dos preguntas podemos perdernos rápidamente buscando cuál es la forma correcta, y cuál es la forma de bautizarnos en la nube y en el mar. Todo el enfoque debería estar solamente en que Dios estaba identificando Su pueblo con el Libertador.

Lo importante no tiene nada que ver con esas cuestiones de forma. Podemos perder el propósito, la función y el objetivo de las cosas y enredarnos con lo absurdo. La gente en ningún momento se detenía para organizar un comité de bautismos para discutir sobre las formas — cuántas clases se deben tomar antes de avanzar, ver qué ropa era la apropiada para un bautismo, ensayar las preguntas y respuestas que se van a dar antes de ser bautizados, etc.

Lo importante está plenamente centrado en algo que, desafortunadamente, se ha perdido en muchos de los bautismos de hoy. Lo importante fue su plena convicción, decisión e identificación con la guía de Dios (la nube) y con el hecho de que habían pasado de la muerte a la vida por la obra poderosa de Dios (pasando por en medio del mar).

Aquí está Pablo exhortando a los hermanos de Corinto: No quiero hermanos, que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo aquella nube, y que todos atravesaron el Mar Rojo”. Eso fue el principio de su éxodo. Habían dejado atrás la vida vieja, la vida de la esclavitud y el dominio del opresor para seguir a Dios hacia la tierra prometida.

Hermanos, hay mucho que decir sobre la importancia de la función del bautismo, pero tengan cuidado. En el momento que perdemos el testimonio, la guía de “la nube”, o sea la dirección de Dios, el agradecimiento por el camino que Dios nos abrió para atravesar “el mar”, (la muerte), lo único que nos quedará es una forma muerta, un rito religioso ignorante e inútil.

Les animamos a leer 1 Corintios capítulo 10. Inmediatamente se darán cuenta de que todos estos eventos sucedieron como un ejemplo para nosotros. No fueron registrados con el fin de darnos ciertas formas sobre cómo hacer las cosas, sino para llevarnos a revisar los fundamentos de nuestras vidas, nuestros valores y nuestra dirección en esta vida.

No podemos hacer un estudio exhaustivo aquí en cuanto al bautismo, pero les queremos dejar unas pautas básicas con el fin de ayudarles, lo mejor posible, a no perder la vida que Dios tiene para Sus asambleas. Queremos ayudarles a evitar caer en las formas muertas de la religiosidad inútil.

Unos puntos básicos sobre el bautismo

Hay muchas ideas sobre lo que es el bautismo como también costumbres y formas de cómo realizarlo. Hay grupos que creen que para ser salvo, por fuerza, uno tiene que ser bautizado. Algunas iglesias obligan a los hermanos que se han mudado de otro lugar, aun siendo creyentes de muchos años, a bautizarse de nuevo antes de aceptarlos como parte (miembros) de la congregación. Otras iglesias ponen mucha importancia y énfasis en los detalles de la forma — el lugar, ambiente, vestidura, clases de estudio sobre el bautismo, preguntas y respuestas que serán parte del rito que sólo el pastor puede llevar a cabo. Según ellos solamente ciertas personas (el pastor) son calificadas para bautizar.

Muy poco de lo arriba mencionado tiene alguna relación con lo que vemos en la Palabra. Para eliminar mucha de la confusión e incertidumbre sobre estas cosas, podemos ir directamente a la Palabra.

Para que sepan, hay algunos grupos que mantienen la idea de que la salvación depende del bautismo. Ellos se apoyan principalmente en un texto tomado de Hechos capítulo 2. Actualmente hay dos ideas erróneas sacadas de este versículo. El ver el contexto en que se encuentra este versículo, nos da una comprensión clara de lo que pasó y por qué. El texto que toman es Hechos 2:38 que dice: Pedro les contestó:Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo”.

Las dos ideas erróneas son estas; primero, dicen que uno tiene que bautizarse para el perdón de sus pecados. La segunda, dicen que la única forma correcta para bautizarse es en el nombre de Jesucristo solamente. Se pueden ir viendo todas las otras menciones de bautismos, principalmente en el libro de los Hechos, para obtener información más clara sobre lo que es y lo que no es el bautismo. La mayoría de ustedes podrán resolver estos asuntos dentro del contenido de este mismo capítulo.

Identificación y arrepentimiento

Transcurrió muy poco tiempo entre la resurrección de Jesús y lo que encontramos en Hechos capítulo 2. ¿Dónde se ubica esta historia? Allí mismo en Jerusalén. Dios había hecho algo raro que dejó a todos asombrados y sin saber qué pensar. Mucha gente de diferentes lugares, de diferentes idiomas, estaban presentes y siendo testigos. Todos habían viajado a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.

Hechos 2 nos habla de este milagro que atrajo a mucha gente. Encontramos a todos oyendo hablar de las maravillas de Dios en sus propios idiomas. Era algo asombroso y muchos fueron a ver qué estaba pasando, pues los que estaban hablando de las maravillas de Dios lo hacían en idiomas que jamás habían aprendido.

Unos se quedaron asombrados preguntándose qué significaba todo eso. Otros empezaron a burlarse diciendo que los discípulos de Jesús estaban borrachos. Luego Pedro se pone de pie y empieza a dar una explicación.

¿Con quién está hablando Pedro? Pues está hablando con gente religiosa, judíos religiosos de todas partes, gente que conoce las Escrituras (nuestro Antiguo Testamento), y que creen totalmente en Dios y en el Espíritu de Dios. Pero esas personas presentes no habían creído en Jesús. Además, habían sido espectadores y estuvieron a favor de la crucifixión de Jesús. Pedro recurre a las Escrituras, las palabras de los profetas y la historia que encontramos en el Antiguo Testamento. Luego les muestra que Jesús era precisamente a quien apuntaban estas Escrituras.

Alrededor de 3.000 personas empezaron a ver y a entender las Escrituras como nunca antes. Ya estaban plenamente identificados con el Dios y Espíritu de las Escrituras (por eso habían ido a Jerusalén en esas fechas), pero cuando vino Jesús, lo rechazaron. Cuando se dieron cuenta de que Jesús era el Señor y Mesías y que ellos habían tenido parte en su muerte, se afligieron profundamente, y preguntaron: “Hermanos (de raza), ¿Qué debemos hacer”? Pedro les da la respuesta que va de acuerdo a la situación, el contexto y la dinámica de aquel día. Eso lo vemos en Hechos 2:38.

Entendiendo el propósito del bautismo

No creo que haya necesidad de hablar más sobre la historia. Dentro del contexto de todo lo que ha pasado (tomen el tiempo para leer de corrido los capítulos 1 y 2 de Hechos), son completamente razonables y entendibles las palabras de Pedro. Él les está diciendo – ustedes son personas religiosas buscando al Mesías, pero éste Jesús es el Mesías que buscan. Sin embargo ustedes lo rechazaron y lo asesinaron. Por eso dijo Pedro: “Vuélvanse a Dios”. ¿Entonces qué faltaba? Pues el identificarse con este mismo Jesús que habían rechazado e identificarse directa y personalmente con Él. Entonces Pedro dice: “bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo”, reconociendo así que Jesús es el que vino a perdonar sus pecados.

Pedro no les está llevando a una fórmula para la salvación. No les está diciendo que necesitan bautizarse de manera especial y solamente pronunciando el nombre de Jesucristo. Pedro les está llevando a entender el significado y propósito de las Escrituras. Les está llevando a entender que habían rechazado la respuesta única de Dios para ellos, la persona de Jesús. Les dijo que ahora debían identificarse con este Jesús y, aunque lo habían asesinado, Él les perdonaría sus pecados.

¿Y cuál fue el resultado de este entendimiento en los que hicieron caso al mensaje de Pedro? Se identificaron con Jesús públicamente por medio del bautismo. No sólo eso, sino que también se unieron a los demás creyentes, firmes en la enseñanza, en la oración con los demás, compartiendo los unos con los otros y recordando la muerte y el sacrificio de este Jesús a favor de ellos (por medio de la “Cena del Señor”).

No hay necesidad del ir más allá viendo texto tras texto mostrando que la salvación del pecador es por fe y sólo por fe, no por fórmulas, formas, obras o ritos. Se ve claramente que el propósito y función del bautismo es IDENTIFICACIÓN. La salvación no viene por medio de la fe con una fórmula de obras incluyendo al bautismo. Vemos y entendemos todo este asunto con más claridad cuando lo estudiamos dentro de su contexto. De nuevo vemos la importancia de una enseñanza ordenada tanto en el evangelismo como entre los discípulos. Evitamos mucha confusión en las vidas de los que están siendo enseñados cuando les enseñamos desde el principio.

El significado y el propósito del testimonio

El bautismo es un testimonio de la decisión que uno ha hecho de confiar en Jesús e identificarse con él. Hay personas que no han confiado en Jesús para el perdón de sus pecados sino en que fueron bautizados y el bautismo les “quitó sus pecados”. Hay otras personas que están, y siguen, confundidas en cuanto a muchas cosas porque empezaron confundidas. Unos piensan que aunque pusieron toda su confianza en el Señor, no fue sino hasta cuando fueron bautizados que realmente fueron salvos.

Hay algunos grupos que llevan un sincretismo impresionante, entretejiendo sus ideas con lo que enseña la Palabra. Hemos visto pueblos que creen que cuando alguien está siendo bautizado en el río, nadie debe estar en la corriente abajo de donde se está bautizando. Creen que el agua está llevando sus pecados río abajo y alguien puede contaminarse con ellos.

Si este ejemplo tomado de unas aldeas primitivas les suena chistoso, ¡fíjense en todo lo que nuestras iglesias modernas han hecho; dejando el bautismo como cualquier otra cosa menos como un testimonio público de identificación con Jesucristo! Ahora vemos el bautismo, en muchos lugares, relacionado a requisitos, compromisos, cosas eclesiásticas, membresías y obligaciones para dar dinero a la iglesia, etc., etc.

Hay dos identificaciones formales establecidas para el creyente – el bautismo y la participación en la Cena del Señor. Ambas deben ser dinámicas, llenas de sentido y de agradecimiento. Ambas tienen una función muy importante y los líderes entre ustedes serían sabios en pensar, muy bien, cuáles son las mejores formas para facilitar estas funciones importantes.

El bautismo es un testimonio de la fe del individuo. Es una proclamación de que ya ha muerto a la vida pasada y ha resucitado en la nueva vida de Jesús. Es necesario, una sola vez, y sirve como un testimonio inicial de que ha salido de la esclavitud de la vida pasada y se ha identificado con Él, quien nos está guiando a la tierra prometida.

Hermanos, cuando alguien procedente de un pasado en la religión les pregunte si su bautismo como infante “sirve”, o su bautismo en la iglesia religiosa “sirve”, ustedes no deben discutir sobre si su bautismo les “sirvió” o no. La cuestión es otra. Deben buscar la manera de ayudar al nuevo creyente a ver la función del bautismo, no si su bautismo “sirvió” o no.

Algunos de los que han salido de la iglesia institucional, y que han recibido la Palabra, y ahora son creyentes, pueden arrastrar muchas ideas legalistas en cuanto a si una u otra cosa “está bien” o no. Hay que ser pacientes con ellos y ayudarles a ver que el bien está relacionado con la función del Espíritu Santo y la Palabra en sus vidas y no tanto con la forma de cómo hicieron cualquier cosa antes.

Deben preguntarle al hermano nuevo si en su bautismo estaba dando testimonio de su fe, salvación e identificación con Jesús. Si su respuesta no es segura, probablemente su “bautismo” fue sólo un baño sin jabón. Si el hermano ahora está firme en su fe y entiende el significado de la Palabra, entonces también podrá entender que el bautismo que “sirve” es el bautismo relacionado con la función por la que existe el bautismo, un testimonio de identificación.

Unas sugerencias sobre los bautismos

Les animamos, hermanos, a revisar de vez en cuando lo que están haciendo, por qué y cómo. En cuanto a los bautismos, tengan cuidado de la religiosidad. Les recomendamos no poner muchas condiciones y tradiciones externas cargando el deber, derecho y privilegio de un nuevo discípulo de Cristo para su bautismo y participación en la Cena del Señor.

Es bueno instruir y orientar al hombre sobre sus valores y convicciones, mas no conviene tratar de transformar el carácter del hombre imponiéndole reglas, legalismos y formas externas. El resultado de una obra religiosa-legalista externa es sólo una obra de los fariseos y una vida espiritual ficticia. Lo que surge de los valores y convicciones cambia lo de adentro y da su fruto genuino por fuera. Lo que se impone externamente sólo afecta la forma o apariencia externa.

No es bueno posponer mucho las oportunidades para los bautismos de los nuevos creyentes. Entendemos y reconocemos la importancia de dejar a los nuevos creyentes con un entendimiento claro y recto sobre estos asuntos para que su bautismo sea realmente una identificación con nuestro Señor y no ligada a otras ideas, orientaciones religiosas y confusiones. Les recomendamos explicar clara y directamente lo más pronto posible, sobre el bautismo a los nuevos creyentes, para darles la oportunidad de bautizarse. Esto no debe ser “una clase” programada para fechas lejanas en el futuro.

Hay iglesias que les imponen un tiempo “de prueba” “para ver” si el nuevo discípulo en realidad está firme o seguro en cuanto a su fe, antes de bautizarlo. Hermanos, eso no tiene ningún respaldo bíblico. ¡Y cuántos creyentes han pasado por este “tiempo de prueba” antes de ser bautizados “bien”, y que ahora tienen bastantes años asistiendo a la iglesia pero nunca empezaron a vivir la vida cristiana!

¡La “prueba de tiempo” en cuanto a su seriedad se verá a lo largo de su vida cristiana después de su bautismo! No debemos poner obstáculos a los que están confiando en el Señor y desean obedecerle. No deben pensar que están ayudando a los nuevos creyentes a evitar penas, esperando un tiempo para ver si su decisión fue en serio o no.

Lo que pondrá un mejor equilibrio en cuanto a estas preocupaciones es tomar más en serio el discipulado. Mateo 28:19 lo pone claro: “Vayan, pues a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas (identificándoles en su relación con el Todo-Poderoso) en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

El discipulado, relacionado al bautismo

La iglesia debe enfocarse en el discipulado. El discipulado incluye el identificar (bautizar) a los nuevos discípulos como también la enseñanza de todo el consejo de Dios a ellos. Eso es para que ellos también vayan y se reproduzcan.

Tomando en cuenta que esta es la naturaleza del discipulado, les recomendamos mucho que los hermanos que hayan llevado a cualquier persona a conocer al Señor, sean ellos mismos quienes la bauticen. No hay necesidad de tener a alguien “especial” (como un pastor) participando necesariamente en el bautismo. Esta idea viene del catolicismo. El enfoque del bautismo está en el testimonio del nuevo nacimiento ocurrido en el nuevo discípulo. De ninguna manera tiene el enfoque en la persona que lo bautiza.

Hay pastores quienes buscan bautizar a la gente como si estuvieran buscando acumular trofeos. Hasta hay algunos que mantienen registros de cuantos han bautizado. Esto viene a raíz de la forma religiosa egoísta y muerta. Pablo reprendió a los corintios precisamente por estos criterios egoístas. Aunque Pablo había fundado la iglesia en Corinto, no bautizó a muchos de ellos. ¡Ni pudo recordar muy bien a quiénes había bautizado! Por favor, tomen un minuto y lean 1 Corintios 1:10-17. Gracias a Dios por la función del ministerio de nuestro hermano Pablo y también por la forma que tomó, con la cual nos dejó un buen ejemplo y testimonio. Las formas y función que nos muestra Pablo en su ministerio nos pueden ayudar a seguir en el camino derecho y en el camino del discipulado.

El bautismo es una de las cosas importantes para nosotros los creyentes. Es algo necesario solamente una vez, mientras que hay otra práctica que celebramos de manera regular. Ésta es la Cena del Señor.

La Cena del Señor se celebra como familia, aunque cada uno recordando y agradeciendo a Dios individualmente. La Cena del Señor es un tiempo importante para cada hermano, de manera personal como también en comunión con los demás, recordando la obra salvadora de Jesús en la cruz. Veremos unos puntos sobre la Cena del Señor.

La Cena del Señor

Desde el principio, en las congregaciones de Grupo México y Terrazas del Valle, hemos tratado de enfocarnos en el propósito, o sea, la función y objetivo del Señor para lo que llamamos la Cena del Señor. Un tiempo de convivencia, pensando con alegría en lo que nuestro Dios ha hecho por nosotros, dándole las gracias por Su ofrenda a favor de nosotros. El pan siendo un recordatorio simbólico del sacrificio de Su cuerpo, el jugo haciéndonos recordar su sangre derramada por nosotros. Así debe ser, hermanos, cada vez que se realiza la Cena del Señor, debe ser una celebración de agradecimiento.

Hemos observado cómo las tradiciones católicas romanas han corrompido el significado, propósito y enfoque de la Cena. Aun en las iglesias cristianas donde hay una buena orientación bíblica, hay algunos que no se han podido escapar de las telarañas de lo misterioso, de lo rígido, de lo seco y de las formas religiosas muertas.  Para los creyentes de la iglesia primitiva, la Cena del Señor representaba celebración, comida, convivencia, “fiesta de amor fraternal”, de ánimo y alegría, y todos participaban. La idea de reunirse como iglesia para que algún hombre “religioso” organizara unos pedacitos de pan, que no serían suficientes ni para que comiera un pajarillo, y unas cuantas gotas de jugo, para “la Cena del Señor”, era un concepto desconocido. Una supuesta “celebración” donde todos se quedarían callados, serios, rígidos, secos y esperando que el “hombre de Dios” (el pastor) pronunciara unas palabras apropiadas para luego echarle a cada quien su galletita en la boca, hubiese sido absurda y una burla. Pero hoy día ésta es la situación de muchas iglesias, dicen “celebrar la Cena del Señor” que ni es celebración, ni es cena.

¿De dónde salieron esas formas que han drenado tanto el gozo, el propósito y hasta la idea de lo que es la Cena, el compartir y la fiesta que una vez celebraban las iglesias? En primer lugar sería bueno mencionar que la fiesta de la Pascua era y sigue siendo una fiesta de celebración de la liberación del pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto.

Recordemos que el ministerio de Jesús fue para dar un nuevo significado a esta liberación y fiesta de la Pascua, pues Jesús se entregó como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el Cordero perfecto de la Pascua. También recordemos que era la fiesta de la Pascua la que precisamente Jesús celebraba con sus discípulos, cuando luego fue crucificado (Mateo 26), dándole un nuevo significado a todo.

La Pascua y la Cena del Señor

Vemos el contexto en la historia desde la Pascua, detallada en Éxodo capítulo 12, y luego vemos a Jesús llevando a cabo Su obra terrenal en los evangelios. Allí está Jesús, colocando unas piezas importantísimas en el gran cuadro de la historia redentora, preparando a sus discípulos, quienes luego en la iglesia primitiva, estarían recordando todo aquello, celebrando el significado y propósito de las Escrituras. Entramos en la historia de la iglesia primitiva y encontramos algo que no es en nada parecido a lo que ahora llamamos “la Cena del Señor”. ¿Qué pasó y qué se puede hacer?

Hay varias opiniones en cuanto a los detalles de por qué y cómo la iglesia perdió esa celebración de gozo. Parece que los cambios empezaron aproximadamente 200 años después de Cristo. Poco a poco la idea de separar “el pan y la copa” de la cena empezó a tomar forma. De allí, el camino fue abierto para convertirla en un ritual misterioso y “sagrado”. Por supuesto un ritual sagrado debe ser llevado a cabo por una “persona sagrada”, y con eso se unió a la religiosidad falsa con los elementos del pan y el vino, para hacer toda una exhibición misteriosa, temerosa, mágica y poderosa centrada en el sacerdote.

Antes de pasar mil años, “la Cena del Señor” ya no era otra cosa que un rito religioso muerto. La iglesia católica romana la puso como una piedra angular en cuanto a la misa; cuando, según ella, el sacerdote, por un poder sobrenatural, (llamado el dogma de la transubstanciación), convierte el pan y el vino en la carne y sangre misma, real y actual de Cristo. Este concepto es ajeno a las Sagradas Escrituras.

¿Podría una congregación tradicional volver a realmente celebrar la Cena del Señor, quitando lo místico y poniendo de nuevo a los hermanos en su función tal como nos fue dado por Jesús y los apóstoles? ¡Por supuesto que sí! Pero habrá gente, especialmente de las iglesias tradicionales-religiosas, que darán mil explicaciones por lo cual es mejor seguir el camino establecido por los hombres. Lo explicarán con excusas y pretextos que pretenden guardar la función original de la cena. Dirán que la forma de las iglesias tradicionales da seguridad de que la cena sea tomada en serio. Dirán que sólo el pastor debe oficiar la Cena, porque eso garantiza que se llevará a cabo correctamente. Suena bien todo, ¿no? ¡El único problema es que todas estas explicaciones son ajenas a la Palabra!

El que come o bebe de manera indigna

Uno de los puntos sacados en defensa de mantener la cena estrictamente en control del clero (los pastores), “en orden” y “en serio” (supuestamente), y así mantener las formas tradicionales, viene de un texto de 1 Corintios 11. En este capítulo, nuestro hermano Pablo está reprendiendo fuertemente a los corintios diciéndoles que la cena que tomaron no era en realidad la Cena del Señor.

El versículo que ha dejado a muchas personas perturbadas es el versículo 27 del capítulo 11, la advertencia de que uno peca contra el cuerpo y la sangre del Señor si come del pan o bebe de la copa de manera indigna. La pregunta ha sido ¿Qué es comer y beber de manera indigna? De nuevo, la respuesta se encuentra en el mismo contexto de la Palabra. Si ven en la iglesia hermanos preocupados por este texto, no deben iniciar con este versículo 27, sino en el versículo 17, y seguir leyendo hasta el 34.

El problema de los corintios fue que cuando se reunían para celebrar la Cena del Señor, la iglesia ya estaba dividida. Los que llevaban bastante comida se adelantaban. Comían y bebían sin tomar en cuenta a los miembros que no tenían. Unos comían en exceso mientras que en la misma reunión unos se quedaban con hambre.

Tomemos un momento para pensar en eso desde el punto de vista celestial. Jesús dio todo para todos, para unirnos en un solo cuerpo, con cada miembro compartiendo sus dones con los demás, buscando cómo bendecir a los demás miembros. Cuando lo vemos así, como también lo entendía Pablo, podemos entender mejor sus palabras: “¿Por qué menosprecian la iglesia de Dios y ponen en vergüenza a los que no tienen nada”?

Son pocas las congregaciones que pueden entender de lo que está hablando Pablo, porque son pocas las que se reúnen para realmente celebrar la Cena del Señor. Están tan impuestas a la idea de la Cena como un rito dirigido por un pastor de manera solemne, que esta reprensión de Pablo parece no tener sentido.

Comer y beber “de manera indigna” es, nada más ni nada menos, el participar en la Cena del Señor sin tomar en cuenta el sacrificio de Jesús a favor de uno y menospreciar a otros quienes también han sido perdonados por la obra del Cordero Perfecto de la Pascua. En este aspecto sí debe haber seriedad, pero también debe haber convivencia, compañerismo, gozo, agradecimiento y un enfoque de gratitud a Dios.

La noche de las dos Cenas del Señor

Me parece que fue en la primera Cena del Señor que llevamos a cabo en Terrazas del Valle con el grupo de los nuevos creyentes (si no fue la primera, fue una de las primeras). Comimos juntos, convivimos juntos y luego tomamos un tiempo específico para darle gracias a Dios por todo lo que hizo por nosotros. No hemos mantenido una sola forma para celebrar la Cena del Señor. ¡La hemos celebrado de muchas maneras!

En esta ocasión con los nuevos discípulos, los instruimos a que tomara cada quien un pedazo grande de pan y luego que compartiera sus palabras de agradecimiento a Dios. Me di cuenta que uno de los hermanos sólo miraba el pan y el vaso de jugo que compartíamos entre todos. Su mirada no era de gozo, sino de tristeza. Cuando estábamos por terminar, le pregunté delante de todos los demás: “Hermano Daniel, ¿no quisiste participar? ¿Por qué no”? Los ojos de Daniel se llenaron de lágrimas. Daniel respondió diciendo: “Aquí estoy, pensando en todo lo que ha hecho Jesús por mí. No pude participar porque soy tan indigno”.

¡Qué bendición nos dio Daniel aquella noche! Les pregunté a todos los demás, quienes éramos dignos de tomar la cena. Todos estábamos de acuerdo de que ninguno era digno, pero que Jesús sí lo es, que Él hizo todo. Él nos invita a recordar su pacto. Deberíamos participar porque Él pagó el precio de todo para salvarnos.

Con estas perspectivas compartidas, el aspecto del rostro de Daniel cambió totalmente. Sacamos más pan y llenamos de nuevo la copa. Esa noche celebramos doble y tomamos la oportunidad para comer más y dar más gracias a Dios. ¡Esta vez Daniel participó con mucho ánimo y tuvo mucho que compartir!

Hermanos, busquen la forma que realmente celebre la nueva fiesta de la Pascua, la Cena del Señor. Busquen la manera de que todos participen. Cuando decimos participar todos, no estamos hablando que sólo coma y beba cada quien, sino que tengan la oportunidad de compartir con los demás, de arreglar cualquier cosa que no esté bien, de recordar juntos la historia de cómo vino Jesús, lo que hizo por nosotros, y de animarnos los unos a los otros en cuanto a su venida.

Quizás las formas tradicionales que encontramos en la mayoría de las iglesias no son “indignas”, pero tampoco dan lugar para que el cuerpo del Señor funcione en la Cena del Señor como es Su intención.

Recomendaciones en cuanto a la Cena del Señor

Les recomendamos mucho, hermanos, no imitar una forma en cuanto a la Cena del Señor, sólo porque parece ser “una forma aceptable”, popular, o “la manera correcta establecida” por ciertas iglesias. Busquen la manera de dar plena libertad a la función de acuerdo a lo que encuentran en la Palabra, sin dejarse llevar por los criterios romanistas. Si no tuviesen ninguna orientación de nadie, de ninguna institución, ninguna iglesia, y tuviesen que organizar la Cena del Señor basada sola y exclusivamente en lo que se puede apreciar y aprender de la Palabra, ¿Cómo sería esa celebración y comida?

Reúnanse hermanos y hablen de eso. Cuando hayan quitado, como equipo, el romanismo y la religiosidad de esta celebración, ¡entonces verán lo que es realmente una Cena del Señor! ¡Saboreen la vida que el Señor quiere para Su iglesia por medio de esta celebración!

Les recomendamos revisar lo que están haciendo, cómo y por qué. En la Palabra tienen lo que necesitan para saber qué hacer. Busquen la forma que mejor trae honra y gloria a Dios, y ustedes harán bien. Tengan cuidado de la levadura de los fariseos. No por poner una ropa religiosa sobre cualquier cosa la hace espiritual. No deben discutir sobre estos asuntos con los hermanos de otras congregaciones, pues rara vez esto trae bendición. Si pueden prestar una ayuda y es aceptada, está muy bien, pero cuidado de no ser arrastrados por la religiosidad engañosa.

La religiosidad es atractiva a la carne, al ego y al orgullo. Ustedes verán con más claridad la verdad de lo que hemos hablado aquí cuando tengan la oportunidad de escuchar a la gente hablar sobre estos asuntos en sus círculos religiosos.

En algún momento que haya una conversación sobre estas cosas con los hermanos de alguna iglesia tradicional-religiosa, ustedes verán que los argumentos usados para apoyar las formas populares no tienen apoyo de la Palabra DENTRO DE SU CONTEXTO. Pero ustedes deben apoyarse solamente en la Palabra. De ella viene la vida verdadera. Si lo hacen así, verán lo que es la iglesia y entenderán con más sabiduría el camino de la Pascua.

Entonces hermanos, sean sabios y humildes. Confíen en el Señor y en Su Palabra. Busquen su función individual como también su función como familia, como congregación. Sean sabios y objetivos, humildes y prudentes, buscando las mejores formas para facilitar la mejor función del cuerpo de creyentes. Si lo hacen de esta manera, harán bien.

 

NUESTRA CARRERA

Al llegar al final de su vida, Pablo compartió las siguientes palabras: “He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel”. (2 Timoteo 4:7).

Varios años antes, Pablo escribió a los Corintios usando entre otras ilustraciones la de una carrera (1 Corintios 9:24-27).  En nuestros tiempos modernos este texto ha sido utilizado en muchos contextos para exhortar al pueblo de Dios, incluidos los que están siendo preparados para el liderazgo ministerial, el pastorado y la vida misionera. 

Unos de los puntos mayormente enfatizados en muchas de las enseñanzas basadas en este texto son entre otros, la importancia de ser fiel, de seguir adelante y de no ser descalificado. Muchos de nosotros hemos oído buenos ejemplos ilustrativos cómicos de carreras donde los corredores fueron descalificados por hacer trampa a sus compañeros o por tomar algún atajo u otras cosas abiertamente ilegítimas.  En la esfera ministerial, su contraparte correspondiente donde se habla de “obreros de Dios” descalificados se ve mayormente en asuntos de inmoralidad, orgullo y hasta robo entre otros temas.

En medio de los retos y los tiempos que estamos viviendo, Eunice y este servidor de ustedes queremos animarles a dedicar unos minutos a evaluar no solo lo que está haciendo, sino también cómo lo está realizando.  Queremos animarnos a todos a considerar no solamente el importante peligro de ser descalificados en la carrera, sino también lo que nos puede dejar fracasados y derrotados a medio camino.  A fin de cuentas, ser descalificado o simplemente perder nos deja donde no debemos terminar.

Lo que viene a continuación son cuatro versículos ubicados en 1 Corintios 9:24-27 que deben representar un reto y a la vez llenarnos de ánimo a todos y cada uno de nosotros:

“Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio. Los que se preparan para competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio, nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita. Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros”.

Tomemos en cuenta varios puntos preliminares importantes:

1.  Pablo nos exhorta en cuanto a CÓMO correr.  No se refiere a que solo uno puede ganar el premio sino que nos anima a cada uno a correr como el que realmente quiere ser premiado.

2. Esta carrera de la que habla Pablo no se trata de la salvación. Más bien, se trata de nuestra vida siendo una expresión de gratitud a Dios por la salvación.

3. De manera ilustrativa, Pablo trata con dos temas que seguimos enfatizando en los entrenamientos de Cimientos Firmes como también en otras enseñanzas — la importancia de “QUÉ” estamos haciendo y la súper gran importancia de “CÓMO” lo estamos haciendo.

¡Hay un premio!  ¡Dios quiere premiar a Sus hijos!  Pero parte de lo que da valor a ese premio, es la participación activa de nosotros.  ¡Hemos sido invitados a “una carrera”, no para ser espectadores, ni para jugar en la pista, sino para correr!  El premio no es para los que se apuntan sin intención de participar.  El premio no se consigue entrando a la carrera con un cono de nieve en la mano y una mentalidad de fiesta, trotando un poco, luego tomando recesos, retiros, siestas, descansos, luego trotando un poco más.  El premio es para los que entran en la carrera con carácter, con seriedad, con sus ojos en la meta, corredores disciplinados y responsables.

A continuación revisaremos tres características básicas para todo aquel que realmente desea lograr el premio, el mismo premio que recibió nuestro apreciado hermano Pablo (1 Corintios 9:24-27):

Primero: Se requiere una actitud de humildad, dominio propio y responsabilidad.

En un texto relacionado, se nos deja en claro la importancia de fijarnos bien en el camino para evitar dos peligros distintos, dos áreas de riesgo que nos presentan constantes amenazas.  Hebreos 12:1, nos advierte:

“Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante”.

Vemos que hay dos vías que llevan al fracaso.  Desafortunadamente la mayoría de nuestras instituciones teológicas se enfocan casi exclusivamente en “el pecado que nos enreda”: y que tristemente lleva muchas veces a la descalificación.  Pero hay otro peligro que, en mi opinión personal, es más prevalente y muchas veces abiertamente aceptado entre los de la comunidad evangélica y hasta entre los pastores, misioneros y otros obreros.  Eso es, el asunto de “TODO lo que nos estorba”.  Mi conclusión personal en cuanto a la deficiencia integral relacionada con la comunidad cristiana es que se debe a la ausencia del discipulado bíblico.  Mi conclusión personal es que la mayoría de las iglesias simplemente no tienen un discipulado funcional.  Por eso, tanto en algunas instituciones teológicas, en el liderazgo de algunas iglesias y en las congregaciones, el asunto del “pecado que enreda” es mayormente de enseñanza temática, mientras que el asunto de “todo lo que estorba” tiene que ser aprendido mayormente en un contexto de discipulado.  Hay muchas facetas en cuanto a esta observación, pero seguimos con el tema principal.

Es verdad que demasiados nacidos-de-nuevo se han quedado “enredados en el pecado” y descalificados, pero muchos más todavía se han quedado atrás, igualmente fracasados, porque no han podido avanzar debido a que han dejado que “todo lo que los estorba” domine sus vidas. 

Ambos, tanto todo lo que nos estorba, como también el pecado que nos enreda, lo tenemos que entender relacionado con nuestra humildad, nuestro dominio propio y nuestra responsabilidad personal.  No podemos echar la culpa al compañero, ni al Chancludo.  Es un asunto personal de cada uno.  Dejemos resonar las palabras de Hebreos 12:1 Tenemos muchos ejemplos de ánimo que nos rodean, desde las Escrituras y hasta la fecha….. Entonces, ¡ÁNIMO! “dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante”.

Segundo: Se requiere dirección, propósito y compromiso.

Debemos ser sabios y discernir hasta donde ha infectado a la comunidad cristiana el moderno “cristianismo lite”.  Debemos tener claridad de cómo el significado bíblico original ha cambiado.  Es necesario tomar en cuenta que hay una gran diferencia entre “creer en Cristo” y “nacer de nuevo”.  Hay un gran contraste entre “aceptar a Cristo en su corazoncito” y “entregar su corazón, con todos sus valores, propósitos, dominios e intereses a Cristo, junto con el timón de su vida”.  No es lo mismo “ser bautizado en la iglesia” y “ser plenamente identificado en la vida en Cristo después de dejar la vida vieja sepultada”.  Hoy día “ser cristiano” no necesariamente significa “ser seguidor de Jesucristo”.

Estos son unos pocos ejemplos.  El punto por el cual es importante ver estos conflictos con claridad es, que de lo contrario, será totalmente imposible tener una visión clara en cuanto a nuestra dirección, nuestro propósito y nuestro compromiso; esenciales para poder correr hacia la meta.  No debemos confundir la mucha actividad y movimiento cristiano con avances legítimos y reales en la carrera que tenemos por delante.  1 Corintios 9:26 nos habla de “CÓMO” correr.  El que desea correr bien debe ser decisivo, enfocado, entregado, comprometido.  Además de las cualidades mencionadas en el primer punto: la humildad, el domino propio y la responsabilidad personal. También se requiere del corredor: su enfoque centrado en la dirección de Dios, en Sus propósitos y un compromiso personal de someter todo a estos principios.  De lo contrario, en algún momento tendrá intereses conflictivos y estos lo llevarán a un fracaso.  En su carta a los Filipenses Pablo nos muestra estas cualidades y características brillando en su vida:

Filipenses 3:12-14, “No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús”.

Tercero: Se requiere disciplina.

No hay manera de enfatizar suficientemente la importancia de la disciplina.  Es una de las cualidades sobresalientes, esenciales, más importantes y primordiales para todo aquel que tiene o quiere tener una participación en el liderazgo.  La disciplina se relaciona con casi todo lo demás.  Se relaciona con las otras cualidades ya mencionadas, como también con lo que el Espíritu Santo produce directamente (Gálatas 5:22-25).

En el mundo deportivo, la disciplina es básica y fundamental en cada etapa del entrenamiento.  En toda carrera la disciplina es primaria.  Sin la disciplina propia, la profunda e importante advertencia de Hebreos 12:1 queda estéril en “la sana doctrina” pero no en “la sana vida”.  Para algunos nacidos-de-nuevo, el tema de la disciplina es una gran lucha, pues se necesita un poco de disciplina para disciplinarse a aprender y profundizar en la disciplina.  Esta lucha puede ser superada por muchos cuando en la iglesia hay un discipulado funcional, donde un hermano más maduro puede discipular a otro que desea aprender.  Donde no hay un discipulado funcional es difícil, pero no imposible crecer en la disciplina propia. 

Uno puede empezar ahora mismo.  ¡Quizás algunos tuvieron que “disciplinarse” para seguir leyendo y meditando hasta llegar a esta frase en esta meditación!  Pero si hemos llegado hasta aquí, entonces también podemos volver a Hebreos 12:1 y hacer cada uno una lista de dos, o tres cosas que están estorbando en su vida….Y luego tomar acción, dejando a un lado TODO lo que nos estorba.  Es una oportunidad para evaluar su vida: ¿Qué te está estorbando y debe ser dejado?  Y una pregunta relacionada, ¿Hay algún pecado envuelto en tu manto espiritual que no haya sido tratado?  Dejemos a un lado también el pecado que nos enreda.

Queridos hermanos, todo está expuesto delante del Dios de los Cielos.  El arrepentimiento es el camino si hemos dejado nuestro primer amor.  Todos o casi todos ustedes leyendo estas líneas son líderes.  Hoy es un buen día para evaluar el liderazgo, para evaluar nuestras vidas.  ¿Estás corriendo bien?  ¿Hay algo en tu vida relacionado con el enredo del pecado o un estorbo?  ¿Estás en el camino del discipulado — recibiendo discipulado y discipulando a otros? 

Ayudémonos los unos a los otros con, en y para este mismo ánimo, el mismo ejemplo, el mismo amor, el mismo espíritu y el mismo propósito.  De manera que, también podamos alabar a Dios en el mismo lugar de encuentro, al final de nuestra carrera, junto con nuestro hermano Pablo quien dijo:

“He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa”.                                                              2 Timoteo 4:7-8

“LA CASA DONDE SE ENSEÑA LA PALABRA”

El joven que no conocíamos llegó tocando la puerta.  Cuando abrimos, se nos quedó mirando a los ojos un momento antes de preguntarnos – “¿Es esta la casa donde se enseña la Palabra?

Bueno, esta pregunta es parte de una historia en la continuación y el desarrollo del discipulado que hemos recibido en nuestra congregación en una ciudad de Venezuela.  Quizás algunos de ustedes han leído un poco acerca de nuestra iglesia en el libro De Entre Las Tumbas.  

Soy miembro de esa misma congregación venezolana donde nuestros pastores, a pesar de las restricciones, dificultades y retos relacionados con el Coronavirus, nos han animado a todos a seguir sirviendo a Dios de manera responsable, tomando las precauciones recomendadas, pero sin dejar de ser luz para nuestro Dios en nuestras comunidades.

Nuestros ovejeros siempre han enfatizado la importancia del discipulado, pues sin el discipulado, lo que llamamos “iglesia” termina siendo solamente un lugar donde los creyentes asisten a reuniones y cultos, pero no viven como el cuerpo funcional de Cristo. Esto me hace pensar en algunas porciones del “libro”  Las Lágrimas en el Camino de Mileto que describen perfectamente nuestro enfoque como iglesia del Señor: “Dentro de las reuniones y fuera de ellas, todos los hermanos deben estar funcionando”. “La segunda función de la iglesia es la labor intensa y difícil de hacer discípulos de otras gentes, de las que hoy ni siquiera son creyentes”. (Páginas 162 y 165)

Entonces, con el ánimo, dirección y apoyo de los dirigentes de nuestra iglesia, nos quedamos pensando cómo podríamos compartir el Mensaje de Dios con las personas de nuestra comunidad.  Muchos en Venezuela están sufriendo, ahora más que nunca, por las necesidades, la incertidumbre, la desesperación y los temores.  Mucha gente está buscando respuestas a las preguntas más fundamentales de la vida. 

Así que, con nuestra nación en estricta cuarentena, empezamos a explorar cómo servir, ministrar y compartir con algunos de nuestros vecinos.  ¡Todo empezó con la organización de los estudios cronológicos con un solo muchacho que se mostró nada interesado!  Cuando iniciamos las charlas de introducción, el joven nos hizo entender que, como él exclamó – “Solo estaré cinco minutos”.  

Rápidamente corrió la voz de lo que estábamos haciendo y fue creciendo el grupo de jóvenes de la comunidad.  Fue entonces que un día, llegó el muchacho tocando a la puerta y preguntando si esta era la casa donde se enseña la Palabra.

Al iniciar los estudios, planteamos al grupo que hay un mensaje en el libro que nosotros llamamos “Biblia” y que si nunca hubieran dedicado un tiempo para escuchar el mensaje, estaríamos dispuestos a compartir el relato con ellos. Aclaramos que como en cualquier historia lógica, lo haríamos desde el principio. 

A partir de esa misma semana empezamos a reunirnos de lunes a viernes, cada noche, por una hora.  El muchacho que en la introducción había dicho que “solo estaría cinco minutos” era el primero que llegaba cada noche y que animaba a los demás.  ¡Después de escuchar las primeras pláticas, los jóvenes exigían mayor tiempo en la historia, así que el estudio aumentó a tres horas diarias! Así fuimos avanzando, de lunes a viernes, tres horas diarias, repasando la historia de Dios desde la creación hasta la redención hecha por nuestro Libertador y Esperanza.

A medida que íbamos avanzando en el relato, ellos se asombraban más y más. No podían creer lo que la Biblia contenía, una historia tan reveladora y práctica.  En las primeras charlas escuchamos comentarios como el siguiente: 

“Wow, no puede ser… ¿Cómo es posible tanto amor por parte de Dios?, Ahora entiendo que todo está en la Biblia; quién nos creó, para qué, por qué….de verdad no sabía que allí explica todo eso, la Biblia tiene que ver con nosotros.”

También sucedió, que cuando estábamos terminando el relato de Jesús en el Nuevo Testamento, uno de los jóvenes exclamó, diciendo: 

“¡Hey… ya lo entiendo!  ¡Todo lo que vimos en el Antiguo Testamento eran sombras para hacernos entender el significado y el propósito de Dios revelado en el Nuevo Testamento. Dios nos prometió un Libertador en el Antiguo Testamento y lo cumplió en el Nuevo: es Jesús, nuestro Libertador, nuestra Esperanza!”

Estos jóvenes escucharon con toda atención mientras fuimos avanzando en la historia.  ¡Pero no solo oyeron la historia sino que también entendieron el significado de ella, y en el proceso se encontraban confiando en el Libertador!  Ahora cada uno de ellos están confiando plenamente en nuestro Señor Jesucristo y lo que hizo a su favor como pago por sus pecados.  Están seguros de que al morir irán al cielo con Dios y que como exclamó uno de ellos “¡Ahora soy amigo de Dios, el Creador del cielo y la tierra!”.  Estos muchachos ahora son nuestra nueva familia, caras que veremos en el cielo. 

Fuimos diseñados para eso hermanos, para el discipulado. A veces empieza compartiendo el Evangelio con los que no lo conocen, dando esperanza y vida a través de Él, teniendo presente que debemos seguir con el discipulado integral. Es un proceso de largo plazo pero es el camino de nuestro llamado y propósito. Cumplamos con nuestro diseño, es lo que Dios espera que hagamos ¡ÁNIMO!  

María Pacheco

Maturín, Venezuela

Importancia de la Seguridad

El brote mundial del virus apenas comenzaba. Estaba a punto de salir del baño del aeropuerto en este país socialista Centroamericano en el que estamos trabajando y mentoreando a un “equipo misionero” tribal. Mi curiosidad me detuvo para observar a un trabajador de salud pública rociando una solución de olor fuerte en cada uno de los inodoros. Fue abriendo cada puerta y rociando la solución de arriba abajo, hasta que encontró uno que tenía la puerta trancada. ¡El trabajador miró debajo de la puerta, y pudo averiguar que de verdad el inodoro estaba siendo usado por un caballero ocupado con sus necesidades biológicas!

¡Lo que sucedió después me sorprendió y me divirtió de la manera más magnífica! Por un breve momento el trabajador de salud pública se quedó pensativo, ¡y luego, como si el deber de la seguridad lo venciera, ¡comenzó a rociar la solución sobre la parte superior de la puerta, bañando al hombre que estaba sentado abajo quien empezó a toser y ahogarse!  ¡La importancia de la seguridad!

De una manera aparentemente caprichosa, la idea de “estar seguro” ha llegado a decidir la planificación, la política y la dirección en nuestra sociedad actual, e incluso en muchas de nuestras iglesias. Aunque personalmente apoyamos la idea de “prácticas de seguridad” (lo que sea que eso signifique), no creemos que la importancia de la seguridad personal, individual y muy particular de uno debería siempre ser la máxima prioridad.

Ya sea para bien o para mal, parece que la situación del virus ha servido para poner al descubierto numerosos valores y convicciones subyacentes en nuestra sociedad. Muchos individuos están redescubriendo que la idea de “la seguridad” es un concepto extremadamente subjetivo y arbitrario. Además, en estos días, la importancia de la seguridad parece haberse convertido en un escudo que no debe ser cuestionado y que a veces puede usarse para camuflar lo que de otro modo sería visto como pereza, indisciplina o irresponsabilidad. ¡Algunas veces puede parecer misteriosamente “conveniente” destacar la importancia de la seguridad!

La mayor parte del mundo se ha visto obligada a rendirse al tema predominante de la importancia de la seguridad. A medida que los temores y peligros del virus finalmente se infiltraron en el territorio tribal, los aldeanos indígenas igualmente no podrían escapar de esta situación.

Recientemente estuvimos charlando sobre lo que el hermano Pablo compartió con los filipenses relacionado con cómo debemos pensar de las demás personas. Mientras que cada miembro del equipo tribal contribuyó al desarrollo de la conversación, compartí la historia del trabajador de salud pública en el aeropuerto y cómo ilustraba que, incluso cuando tenemos las mejores intenciones, a veces podemos quedarnos muy cortos en nuestros objetivos.

¡La respuesta de Martin se relacionaba muy bien tanto con el reto de Pablo como también con el tema de la importancia de la seguridad! Aquí está la traducción de parte de lo que dijo: “Entonces, esto es lo que entiendo. Primero digo, mira, nuestra forma de pensar es completamente diferente ahora. La forma en que nuestros pensamientos eran antes de estar en Cristo estaba completamente contaminada. Dios tiene renovadas nuestras mentes y también nuestras vidas.

“Cuando llegó el virus COVID, creo que cometimos un gran error. Me parece que por un momento nuestras mentes siguieron la vieja forma y comenzamos a pensar en nuestra propia seguridad personal y no en servir a los demás. Nuestra seguridad personal y nuestra salud son importantes, pero no es la prioridad más importante. Necesitamos trabajar duro para ayudar a nuestra gente a comprender la historia de Dios y la seguridad que va más allá de esta vida. ¡Esa es la seguridad más importante, la eterna! Si nosotros no vamos para enseñarles paso a paso la historia de Diosentonces nunca van a poder entender.

“Cuando la gente escuchó sobre el virus, muchos pensaron que estaba llegando en el aire y realmente tuvieron mucho miedo. Ellos buscan refugio en su religión, pero viven sin esperanza y sin Dios. Preguntamos a las personas si creen que están a salvo y qué seguridad tendrán si el virus los atrapa y los mata. ¿Dónde estarán entonces, cuando en un instante ellos sean llevados de este mundo?

“Los hijos de Dios necesitan aprender a servir. Ninguna persona nace ya sabiendo como servir. No nacemos como conocedores, excepto quizás para hacer el mal, pero no para bien. ¡Dios me está mostrando que el orgullo, el egoísmo, y el solo estar pensando en mí mismo hace que sea imposible servir! Necesitamos adquirir más humildad, amor y paciencia. Mi esposa y yo le dijimos a Dios que queremos ese tipo de corazón, nosotros queremos ser de bendición y servirle a Dios hasta que nos toque morir. 

“A veces podemos tener contaminación en nuestros pensamientos. Es como la historia que Rick nos contó sobre el trabajador en el aeropuerto que estaba más preocupado por la importancia de la seguridad que por cuidar a las personas, como el hombre en el baño que él estaba rociando con el químico. Creo que la mente del trabajador de salud estaba contaminada, no de una mala manera, sino con una mentalidad equivocada. Si su pensamiento hubiera sido correcto, se habría preocupado por los demás y por su seguridad, y no habría echado ese químico a ese miserable hombre en el inodoro. A veces nosotros somos exactamente como ese hombre que se preocupaba tanto por la importancia de la seguridad, pero no pensaba en la importancia de las vidas de los demás.  A veces nosotros hemos sido culpables de ese mismo error”

Pablo exhortó a los discípulos filipenses diciendo: “No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.” (Filipenses 2: 3-4).  Palabras relevantes hace 2000 años y un desafío práctico que nos llama a la creatividad y a la acción hoy.